Un estudio publicado el pasado año ubica a Estados Unidos entre los diez países más peligrosos del mundo para las mujeres, debido a las altas incidencias como víctimas de maltratos, discriminación y asesinatos.
La investigación de la Fundación Thomson Reuters indagó durante siete años en distintos factores que hacen intolerable la situación para las mujeres o llegan incluso a provocarles la muerte, y confeccionaron la lista en la que EE.UU. ocupa el número diez y es el único representante de América.
No obstante, Washington aparece en el tercer lugar en cuanto a su récord de violencia sexual. Señala el estudio que como tal se entiende tanto «la violación como arma de guerra, como la violencia perpetrada en el entorno doméstico o por personas ajenas a sus víctimas, así como el acoso sexual, la coerción al sexo y la falta de acceso a la justicia para las mujeres víctimas».
La citada Fundación estima que en el mundo una de cada tres mujeres experimenta violencia sexual o física durante su vida.
La incidencia del movimiento Me Too sacó a la luz una realidad que ubicó al territorio estadounidense en uno de los lugares más riesgosos para las mujeres desde junio de 2018, ratificado por un sondeo con 548 expertos en distintos asuntos femeninos, científicos, trabajadores sanitarios, legisladores y miembros de organismos no gubernamentales.
Cifras del Gobierno federal publicadas en febrero de 2019 ya confirmaban que en EE.UU. la cifra de asesinatos de niñas ha aumentado en un 32 % en tres años, y que una de cada diez mujeres asesinadas cada día en ese país tiene menos de 17 años. Según medios estadounidenses, las niñas y adolescentes que desaparecen, son violentadas o asesinadas, son generalmente pobres y habitan en un entorno de precariedad.
Las cifras públicas más recientes sobre feminicidios en EE.UU. señalan que en 2016 se produjeron en ese país 1 809 hechos de ese tipo, cifra superior a los 1 686 del año precedente, según un informe de la organización «Violence Policy Center». Añade que el 56 % de los casos fueron cometidos con armas de fuego y situaba a las víctimas afroamericanas con un índice de 2,62 por cada 100 000, muy por encima de la media (1,20). También las hispanas, asiáticas o indígenas estadounidense aparecen entre las de mayor incidencia.
En octubre pasado, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, reveló que una de cada tres mujeres enfrenta violencia doméstica o agresión sexual en Estados Unidos, por lo que consideró que las víctimas y los sobrevivientes deben obtener «soluciones reales y efectivas para recuperarse, sanar y buscar justicia», no solo la capacidad de identificar a sus atacantes.
Se estima que cerca de 1,3 millones de mujeres son víctimas anualmente de asaltos sexuales por parte de sus maridos, novios o compañeros sexuales, y el principal grupo de riesgo son las de entre 20 y 24 años.
Otro informe publicado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) también daba cuenta de los preocupantes indicadores de los crímenes de odio en Estados Unidos, los cuales se han incrementado durante la administración de Donald Trump, y han aumentado en un 31 % entre 2014 y 2017, en el que concluyen con notas negativas los asociados a género, raza, origen étnico u orientación sexual. En ese último año se produjeron 7 106 delitos provocados por discriminación o intolerancia.
Entretanto, un informe de las Fuerzas Armadas de ee. uu. reveló que el 6,2 % de las mujeres de las Fuerzas Armadas de ee. uu. fueron objeto de agresión sexual en 2018, frente al 4,3 % que la sufrieron en 2016.
En 2018, según las estimaciones del Pentágono, se registraron 20 500 casos de contacto sexual no deseado, aunque, oficialmente, solo 6 053 personas lo denunciaron. Esto significa que solo una de cada tres miembros del ejército estadounidense que sufrieron acoso sexual, decidieron denunciarlo. Mujeres integrantes de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. también han reiterado acusaciones sobre acoso sexual por sus compañeros de fila.
En el mundo, solo en 2017 se registraron 87 000 asesinatos de mujeres, de esa cifra 50 000 (58 %) fueron a manos de sus parejas. Un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) asegura que ese año ocurrieron aproximadamente seis feminicidios por hora en todo el mundo, un récord espeluznante en pleno siglo XXI, tendencia en la que el «nuevo momento americano» de Trump sigue imponiendo los suyos, con total menosprecio a los derechos humanos.
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Maria Echeverria dijo:
1
2 de julio de 2020
17:57:15
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