Aunque no tan usada hoy, la expresión poner los puntos sobre las íes sigue siendo válida y significa «determinar y precisar algunos extremos que no estaban suficientemente especificados» y, en un tono coloquial, «acabar o perfeccionar algo con gran minuciosidad». Tiene su origen en el latín, lengua en que resulta común encontrar palabras con dos íes seguidas y como esta no llevaba punto, se confundía con la u. Para evitar esto, primero se usó una especie de rayita, que se fue acortando hasta quedar en el punto.
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