Si usted busca en el DRAE el término rural, del latín rurālis, de rus, ruris, “campo”, encontrará las siguientes acepciones: “perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores” e “inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas”. Sin embargo, resulta evidente que la vida ha dejado atrás esta última: las labores agropecuarias hoy no están alejadas de la modernidad y cultura necesarias para lograr eficiencia. Por ello, la última edición del lexicón académico, la vigésimotercera, elimina los términos “tosco” e “inculto” de esa definición.
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