Se ha puesto de moda el uso del vocablo educación en plural y ya casi nadie habla de niveles de educación, sino de educaciones. Sin embargo, ello constituye un lamentable error gramatical, pues los sustantivos abstractos, y educación lo es, encierran una idea de generalización que hace innecesario el plural. Algunos que excepcionalmente lo admiten, cambian su significado. Por ejemplo, curiosidad: cualidad de ser curioso y curiosidades: cosas curiosas; horror: emoción y horrores: actos que motivan o provocan horror; instrucción: acción de instruir, caudal de conocimientos e instrucciones: indicaciones para hacer algo. La mayoría no admite el plural nunca; entre ellos están honradez: cualidad de ser honrado y educación: acción y efecto de educar.
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