De "Un guacalito de cubanismos", de Juan Marinello, son las siguientes expresiones, que van cayendo en desuso o variado su significado de acuerdo con los tiempos: en Cuba se acostumbra —o acostumbraba— llamar abogado de manigua "no solo al que alardea de profundos conocimientos en cuestiones jurídicas, sino a todo el que habla desmedidamente o trata de enredar las cuestiones sin conocimiento alguno de lo que trata".
En cuanto a la expresión ¡Agua! explica Marinello su origen, referido al hecho de que en esa época los muchachos callejeros gritaban así cuando veían conducir por las calles algún catre o colombina: "Agua para las chinches" —insecto nocturno, fétido y sumamente incómodo, pues chupa la sangre humana taladrando la piel con picaduras irritantes— o simplemente ¡Agua!, caliente, por supuesto, para acabar con el desagradable insecto.
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