Aunque el uso más frecuente otorga al sustantivo mar, del latín mare, el género masculino y el empleo del artículo "el", en realidad, está considerado de género ambiguo —sustantivos que designan seres inanimados y admiten uno u otro género, sin cambio de significado (el / la sartén, el / la radio)—. La gente de mar prefiere el femenino: la mar.
Con esta palabra se construyen varias frases, por lo general asociadas a la idea de abundancia: la mar de gente; un mar de lágrimas; llorar, llover, sudar a mares. Y también arar en el mar, hacerse a la mar, meter la mar en un pozo y otras.
No debe olvidarse que se escriben juntas pleamar, bajamar y altamar.
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