Moa. Holguín.–La discreción es rasgo predominante en los responsables de explotar los yacimientos lateríticos localizados en esta región oriental. También es una condición que acentúa su objetividad al abordar algunas de las acciones vitales para el presente y el futuro de los procesos de producción del níquel en las empresas que llevan los nombres de los comandantes Ernesto Che Guevara y Pedro Soto Alba.
Karel Petit Quiroga, director de la Unidad Básica Minera del primero de esos complejos fabriles, manifiesta agrado ante la marcha de las labores del Proyecto de Secado Solar, hoy al 40 % de su ejecución.
Se refiere a nueve plazoletas que cubren un área de 64 hectáreas. Cuando estén listas, facilitarán almacenar unos dos millones y medio de metros cúbicos en un lugar muy cercano a la fábrica.
GENUINA TECNOLOGÍA
«El principio de funcionamiento de esta instalación consiste en aprovechar la luz solar, con el fin de reducir la humedad del mineral extraído. Y eso influye de forma directa en la disminución del consumo de portadores energéticos al producir níquel. Igualmente permite homogeneizar la materia prima, lo que a su vez ofrece estabilidad a su calidad», explica el joven, pero ya fogueado, ingeniero en minas.
Es el momento en que presenta a Alioma Pérez Sánchez, compañero de profesión, quien sigue con lujo de detalles cada fase constructiva de las plazoletas, porque una vez concluidas a finales del año próximo, responderá por su funcionamiento. Tiene el deber, dice mirándolo fijamente, de permanecer al tanto de cada paso.
Al también ingeniero Wilson Calzadilla de la Cruz, le satisface confirmar que la obra en progreso es fruto de la inteligencia del personal del Centro de Investigaciones del Níquel (Cidiniq), en contacto directo con lo que ocurre en las minas y en las plantas industriales.
Los especialistas de la entidad científica, apoyados en estudios minuciosos, explica, han establecido la tecnología para la constante remoción del material a depositar. Asimismo, han definido los equipos necesarios para los procedimientos. «Eso lo hace un proyecto genuino».
A continuación, comparte pormenores de las labores relacionadas con la apertura del yacimiento Camarioca Este, proyecto que requiere de la construcción de un camino de unos cuatro kilómetros de longitud a través de elevaciones y vías de agua.
«Terminamos dos alcantarillas. Se entiende que son sólidas, porque deben soportar el tráfico continuo de los camiones transportadores de mineral, cado uno con una capacidad de carga de 45 toneladas».
Queda por ejecutar un puente de 56 metros de largo en el sitio donde el río Yagrumaje, después de ser desviado ante la necesidad de construir una nueva presa de cola (residuos de la producción de níquel), se une con el Punta Gorda.
«Para asegurar el flujo del agua de la incrementada corriente en aquel lugar, serán colocados tres segmentos de tubos importados de cuatro metros de diámetro, cuyo montaje requiere de asistencia técnica extranjera, que debe llegar en breve».
Un análisis de lo hecho con el presupuesto de la empresa en los últimos tres años, para disponer de equipamiento dedicado a la extracción de mineral, arroja buenos resultados. En el periodo compraron, entre otros medios, cinco retroexcavadoras hidráulicas y 11 buldóceres.
«A través de la modalidad de arrendamiento podemos explotar 27 camiones articulados con gran capacidad de carga, cargadores frontales y retroexcavadoras».
CONTINUOS BUENOS PASOS
En el presente año, la empresa Comandante Pedro Soto Alba, que opera en asociación con capital canadiense, ha mantenido las inversiones que benefician la extracción y manejo de materia prima. Lo afirma Pedro Pérez Ireons, ingeniero y especialista en minas.
Entre lo adquirido están 15 de esos grandes camiones empleados en el traslado de mineral desde los sitios de extracción hasta las instalaciones procesadoras. Son parte de una operación continua para adquirir medios, que durante el 2017 también reportó la compra de una excavadora hidráulica de última generación y de equipos diversos para la apertura de nuevos caminos en las concesiones mineras y la reparación de las rutas, que se aproximan a los 150 kilómetros de longitud en el afán de conectar a los yacimientos en uso con las instalaciones industriales.
Les ha dado resultado la renta operacional concertada para tres años con una firma extranjera. Así utilizan camiones, excavadoras y cargadores frontales para el destape en áreas de extracción, manejos de depósitos y acciones de limpieza en la llamada planta de pulpa, cuya función es garantizar mineral en fracciones factibles de ser procesadas.
En el 2019, asegura el funcionario técnico, se espera la entrada de un nuevo lote de camiones para reponer un grupo similar con más de 20 000 horas de explotación. El propósito es que la flota de vehículos de carga de mineral mantenga el adecuado coeficiente de disponibilidad técnica.
Tener encima la mirada permanente de la dirección de la fábrica y del Grupo Cubaníquel no causa molestias al ingeniero Pelayo Dorado Machado, director del Proyecto Punto de Descarga, primera etapa de la nueva planta de pulpa concebida dentro de la expansión de la industria. Simplemente pone todo el empeño en que la obra, a más del 70 % de ejecución, esté lista a finales del presente año.
«Es una instalación de beneficio porque separa las rocas de más de 600 milímetros y las envía a una trituradora para reducirlas al tamaño que requiere la planta en uso hoy, en la cual cesarán las interrupciones causadas por los grandes fragmentos».
Sobre las siguientes etapas de la nueva planta de pulpa no ofrece detalles. Solo comenta que la futura instalación, identificada como una necesidad, podrá procesar hasta 600 toneladas por hora, muy por encima de las posibilidades de la que ahora explotan.
Tras la evaluación positiva realizada por el ingeniero Marlon Menéndez Hung sobre la creación de condiciones para la explotación del yacimiento Camarioca Sur, tarea que sobresale por el minucioso trabajo de las fuerzas que la acometen, Noel Hernández Pelier solicita mirar hacia la extensión de la presa de cola, que abarcará otros cinco kilómetros cuadrados en dirección norte y sobrepasa el 60 % del cronograma constructivo.
Especialista en la materia, Noel hace hincapié en la importancia de las colas debido a su contenido de hierro, manganeso y cobalto, entre otros componentes. Eso mismo, puntualiza, los convierte en yacimientos propensos a futuras explotaciones, lo que a su vez le otorga valor estratégico.
Al mismo tiempo, el depósito es un elemento favorable al entorno. Su sinuoso muro de contención evitará que los materiales que retenga se apoderen arbitrariamente de terrenos que, sin duda alguna, serían condenados a la esterilidad.
Grissel Palacios Castillo, especialista del Grupo Cubaníquel en protección del medio ambiente, ofrece datos confirmadores del interés puesto por las dos empresas en la mitigación y erradicación del impacto en las concesiones mineras que explotan.
En el 2006 fueron rehabilitadas cerca de 57 hectáreas y en el año siguiente 36. Al cierre del 2018 serán 32, resultado de un plan que intensificará la reforestación a partir de octubre, con el comienzo de la etapa de lluvias en la zona de Moa.
«Nos concentraremos en la siembra de casuarina equicetofolia, una especie foránea que se da bien en nuestras áreas. El pino cubensis disminuyó la producción de semillas después del huracán Matthew».
El peso de la reforestación lo llevan las brigadas de la Unidad Básica de Rehabilitación Rosa Elena Simeón, integrante de la Empresa de Servicios al Níquel, mientras que la preparación técnica de las áreas a restablecer, en virtud de obligaciones bien detalladas, corre a cargo de personal de las minas.
Grissel no soslaya la pertinencia del programa elaborado con el fin de combatir la erosión de los suelos, que contiene la corrección de cárcavas y la construcción y mantenimiento de piscinas de contención, acompañadas por la protección de taludes mineros, definida como costosa y necesaria acción.
Karel, el ingeniero responsable de la explotación de las minas de la empresa Ernesto Che Guevara, comenta con admiración la reciente siembra de posturas de guayaba en una parcela en rehabilitación.
Considera que ese acto de simpatía hacia los moenses y cubanos en general, protagonizado por puertorriqueños miembros de la Brigada de Solidaridad «Juan Rius Rivera», sugiere insistir en la siembra de especies frutales en parte de las áreas a restablecer tras la explotación minera.
Este hombre que no deja margen a dudas sobre su condición de minero en cuerpo y alma, reconoce así compromisos permanentes con el cuidado del medio ambiente.









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JORGE TAVEL dijo:
1
31 de agosto de 2018
07:11:46
Victor Francisco Amaro Díaz dijo:
2
31 de agosto de 2018
11:56:44
Jose R Oro dijo:
3
31 de agosto de 2018
22:52:20
lazaro dijo:
4
3 de septiembre de 2018
07:24:55
lazaro dijo:
5
3 de septiembre de 2018
07:25:40
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