Hoy hace justamente 20 días que la fuerza del huracán Irma tocó suelo cubano, en Cayo Romano, a la altura de la costa norte de la provincia de Camagüey.
Sobra recordar los indicadores que en la fecha del 9 de septiembre, a las ocho de la mañana, lo calificaban como el fenómeno atmosférico que más nos había golpeado de los que se forman en el océano Atlántico. Un verdadero monstruo, a menos de un año del azote de otro, Matthew, que se ensañó con el extremo oriental de nuestra geografía.
Irma asoló a todo el país, pocos fueron los municipios que no recibieron algún impacto. Sin embargo, lo que sí abarcó a todo el territorio nacional fue la fuerza, también de categoría 5, que este pueblo viene mostrando para resarcir los daños causados.
El propio General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, lo había advertido el pasado día 11, cuando todavía, aunque se alejaba, se sentían los efectos. «Nadie se llame a engaño, la tarea que tenemos por delante es inmensa, pero con un pueblo como el nuestro ganaremos la batalla más importante: la recuperación».
Y aun cuando es práctica de esta Revolución y sin poder evaluar en toda su magnitud los daños, ese mismo día el compañero Raúl expresaba: «Un principio se mantiene inamovible: la Revolución no dejará a nadie desamparado y desde ya se toman medidas para que ninguna familia cubana quede abandonada a su suerte».
Una semana después, el 18 de septiembre, en nuestro diario se informaba de la decisión del Gobierno de que el Presupuesto del Estado financie el 50% del precio de los materiales de la construcción que se venderán a las personas damnificadas con la destrucción total o parcial de sus viviendas.
Y no lo hacía por impulso, mucho menos improvisadamente, es que la expresión de que nadie quede desamparado no es solo voluntad de país, sino que está amparada en sus propias leyes, como la del Presupuesto del Estado que se aprueba anualmente en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Además, se basa en la propia experiencia desarrollada por el Estado socialista, cuyos más recientes ejemplos son las decisiones adoptadas tras los embates de los huracanes Sandy y Matthew, en el 2012 y el 2016.
Sí, Cuba es un país subdesarrollado, de economía pobre, pero de una riqueza espiritual y humana inmensa, que es capaz de asombrar, incluso a sus amigos. Pero el secreto de tanta fortaleza pasa por la cualidad más importante, la que ha hecho invencible a esta Revolución: la unidad.
Mas, aún están frescos los ensordecedores ruidos de los árboles cayendo o el rugir del viento a más de 250 kilómetros por hora. Es decir, queda muchísimo para poder levantar lo que se construyó con el esfuerzo y las manos del pueblo. Y en esa batalla, además de la unidad, la organización, el orden y la exigencia, son claves sin las cuales sería imposible llegar a puerto seguro.
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Stéphane dijo:
1
29 de septiembre de 2017
05:33:18
maguero dijo:
2
29 de septiembre de 2017
08:41:09
Derek Somerton dijo:
3
29 de septiembre de 2017
13:16:33
Rubén dijo:
4
29 de septiembre de 2017
19:06:53
Juan Jorge Arvizu Acosta dijo:
5
29 de septiembre de 2017
21:23:37
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