ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Alberto Juantorena. Foto: Getty Images

Quienes tienen menos de 50 años no vivieron aquella final de los 800 metros en Montreal-1976; sin embargo, en la historia aún resuena esa narración de Héctor Rodríguez, que inmortalizó no solo el doblete olímpico de Alberto Juantorena, sino el récord mundial para la época: «¡Ahí viene Juantorena con el corazón!».

El Elegante de las Pistas tiene varias fechas de nacimiento, según las biografías que por ahí circulan; pero, según aclaró el periodista Joel García años atrás, el santiaguero nació un 21 de noviembre de 1950. Ese día vino al mundo, en efecto, un hombre que siempre puso su corazón por Cuba.

Lo hecho en Montreal-76, campeón olímpico en 400 y 800 m, no solo representó la primera vez que alguien lograba la hazaña; impuso un reto que, 49 años más tarde, nadie ha podido igualar.

Ese logro, y los otros tantos en su carrera, se debieron al polaco Zygmunt Zabierzowski. Aquel entrenador le levantó la camiseta, le tocó la cadera y declaró que el joven, fracasado como baloncestista, tenía condiciones como corredor, destacando la longitud de su paso en la carrera.

Cuando llegó la cita en la capital canadiense, el escepticismo se apoderó de muchos: Juantorena correría los 800. El poco tiempo en esta prueba provocó la incertidumbre, incluso, del propio atleta.

Pero él no tenía nada que perder; con seguridad, temple y, sobre todo, corazón, largó por la pista. Ni el belga Ivo Van Damme, ni el estadounidense Rick Wolhuter, entonces vigente plusmarquista del orbe, pudieron detener al cubano en su camino a la cúspide.

Con paso largo, característico en su estilo, así como con la capacidad para remontar distancias en los últimos metros, impuso su clase. Con tiempo de 1:43.50 minutos marcó récord mundial, cifra que duraría poco tiempo, pues en 1977 lo rebajó a 1:43.44.

Con elegancia, sello que lo definió durante su vida atlética, sumó además a su aval la corona mundial universitaria, así como la de la Copa Mundial de Atletismo.

En honor a su gloriosa carrera, el santiaguero es el único cubano exaltado al Salón de la Fama de la Federación Internacional (IAAF, hoy World Athletics) entre sus 24 miembros, hecho que ocurrió el 11 de junio de 2012.

La hazaña de Juantorena en Montreal fue tan llamativa que la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva (AIPS) lo consideró en 1976 y 1977 el mejor del mundo.

Pero, más allá de ese reconocimiento y otros tantos, exhibe en su hoja de servicios haber corrido no solo con su corazón, sino con el de millones de nacionales tras una pantalla, a quienes llevó también a la gloria mediante el éxtasis. Ese amor, esa entrega, lo hicieron grande, mucho más que sus casi dos metros de estatura.

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