Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo ya conocen sus rivales en la siguiente fase del Campeonato Mundial de voleibol de playa, que se celebra en Adelaida. La pareja estadounidense, integrada por Andy Benesh y Miles Partain, no son unos desconocidos.
Esa dupla la recordamos muy bien, pues fue la que enfrentó el dúo cubano en su estreno olímpico en Paris-2024, venciendola por 2-0, con idénticos marcadores de 21-18.
Hoy Benesh y Partain son la tercera mancuerna de su país mejor ubicada en el ranking del orbe, en el sitio 38. Durante este año participaron en seis torneos del Pro tour mundial sin grandes resultados.
Terminaron novenos en Newport, decimoterceros en Río de Janeiro, en el nueve en Montreal, otra vez en el 13 en Gstaad, y repitieron la novena plaza en Brasilia. Su mejor ubicación fue el quinto peldaño, en mayo pasado, en Ostrava, cita la que no acudieron los caribeños.
Díaz y Alayo han tenido su acumulado de 5 720 puntos en el listado del orbe en ocho presentaciones, con dos primeros lugares, un segundo, tres quintos, un noveno y un decimonoveno, su más bajo rendimiento, ocurrido en Brasilia, en abril.
Pero las direncias en el palmares de la temporada y en la lista universal no quiere decir que el partido sea pan comido. En primer lugar, porque a partir de esta etapa cada duelo es una final; es decir, tiene la altísima demanda de que es obligatorio ganar.
La fórmula antillana ha pasado la fase de grupos, con esta, en sus tres presencias mundialistas, y también lo hizo bajo los cinco aros el pasado año, incluso con el mejor resultado de todos los participantes. Sin embargo, no han podido ganar en la siguiente ronda.
En nuestra opinión, ahora son favoritos para rebasarla, aunque al tratarse de un binomio de Estados Unidos, con altos niveles en su juego táctico, creo que están por encima un 55 % por un 45 de sus oponentes. Además, Benesh y Partain también le han ganado a sus adversarios de turno.
Si nos preguntarán qué debe mejorar la agrupación cubana de cara al crucial desafío, la respuesta sería la recepción.
En solo dos juegos, frente a Australia y Portugal, le marcaron nueve tantos directos con el saque, seis de ellos ante los lusitanos Pedrosa y Campos en el encuentro que decidió el primer escaño de la llave F.
Esa deficiencia le costó el primer set, el cual abrieron con temprana desventaja de 5-1, y nunca pudieron ni siquiera empatar en esa manga, que terminó por 17-21. Solo la mejoría del recibo les permitió el favorable 21-16 en el segundo periodo y el 15-12 del decisivo tercero.
A Díaz y a Alayo los incomoda el servicio hacia el medio, en la parte trasera de la cancha. Es una pelota que los confunde, y en la mayoría de las veces ninguno de los dos sale a levantarla.
Ante la propuesta estadounidense en eliminación directa este es un lujo que no se pueden dar, porque la presión por no perder suele ser un factor desequilibrante.
El importante partido está pactado para mañana, a las 6 y 30 a m., hora de Cuba. Será un amanecer en el que toda Cuba lleve puesta las camisetas de Díaz y Alayo, para apoyar a lo que desde el pasado año es la expresión más alta del deporte nacional en disciplinas colectivas, y una de las que en sentido general más prestigio le ha dado a la Mayor de las Antillas.
Se puede avanzar? Claro que se puede.

















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