«Desde mis inicios en el Cerro Pelado evolucioné mucho, gané experiencia, fuerza, rapidez y ese crecimiento me llevó a este bronce. Continuaré los entrenamientos para mejorar cada día y alcanzar medallas, ya no en la Sub-23, sino entre mayores». El luchador libre santiaguero Geannis Garzón mira confiado el futuro tras escalar el podio del evento planetario de esa categoría menor en Novi Sad, Serbia.
De vuelta en su país, recuerda su reñido combate de apertura en la división de 79 kilogramos cuando en octavos cedió 10-8 ante el turco Ibrahim Yaprak: «muy buena disputa, empecé por debajo, pero supe sobreponerme y le caí arriba. Sin embargo, luego añadió unos punticos que reclamamos y perdimos el desafío.
«Sinceramente, me creí sin posibilidades de avanzar al repechaje, me sentía mal pues mi vencedor debía enfrentar al armenio Hayk Papikyan, número uno del ranking y, en caso de derrotarlo, lo esperaba el ruso Nikita Mayeuski, amparado por la Unión Mundial de Luchas, otro exponente de nivel».
Parecía difícil, pero el turco prosiguió rumbo al pleito por la corona con triunfos por 3-1 y 5-2. Entonces, el de la provincia oriental efectuó una doble repesca porque su victimario arrancó en la fase de clasificación y arrastró a tres oponentes.
En las segundas oportunidades Garzón paseó la distancia 11-2 frente al serbio Andrija Ivanovic. Junto al profesor Jesús Rodríguez Garzón trazó la estrategia de calentar bien y marcar rápido para provocar el desespero del contendiente y así ampliar la pizarra.
Con respecto al mejor sembrado en la lista de la división, lo doblegó con lo justo 3-2. «Es muy cazador, como decimos nosotros, busca sorprenderte al final, pero también abrí por delante, logré ponerlo pasivo y lo aproveché.
«Nadie quiere quedar sin presea en una competencia, por lo cual durante la definición del bronce fui encima del ruso desde el primer momento, obtuve ventaja de cuatro y me dediqué a defenderla, sin recibir unidades».
Pudiéramos adaptar aquella famosa frase sobre los gatos y los ratones como «hijo de gladiador brilla en el colchón». Para Geannis, su padre Geandry, campeón mundial, «más que inspiración es mi ídolo, me apoya con sus conocimientos de este deporte, me motiva a superarme y seguir mi camino».

















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