
Rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santo Domingo-2026, el levantamiento de pesas aparece como uno de los deportes importantes de Cuba. Con el certamen clasificatorio cerca, no escatiman esfuerzos en aras de alcanzar el máximo de cupos.
Dentro de la escuadra femenina, dos caras familiares figuran en la preselección: Yeniuska Mirabal, exponente de los 81 kilogramos, y Ayamey Medina, de los 87, quienes apuntan a lo más alto.
El caso de la segunda es singular, pues cambió al atletismo por la barra y los discos. Su estrellato inició en 2022, cuando subió al podio en el Torneo Internacional Manuel Suárez in Memóriam. Desde entonces, su carrera ascendió, hasta lograr el boleto a la última justa olímpica.
Sin embargo, la alegría de la única representante bajo los cinco aros duró poco. Las lesiones, que lastran su trayectoria, le impidieron concluir la prueba: «Existieron complicaciones para detectarla, lo cual conllevó una operación, aunque antes de París-2024 pasé por el quirófano».
Sus problemas físicos parecen haberle dado una tregua y está de vuelta, con sed de gloria. «Me siento recuperada. Durante este tiempo cuido la zona donde sufrí la lesión, en pos de evitar secuelas», declara.
Por su parte, Yeniuska, plateada en San Salvador-2023, desea revestir de dorado su siguiente presea. Según cuenta: «Anhelo el mayor lauro, el mejor servicio posible a mi país, y por tanto salgo a entregarlo todo».
En 2025 se coronó en la Copa de los Atletas más Fuertes, celebrada en Rusia, con 105 kilos de arranque y 128 en el envión. «En Europa hay buenos atletas, y ubicarme entre las punteras me produce felicidad. Comprendí, al ganar, que puedo incluirme en la élite mundial».
Hacia la lid múltiple más longeva, Yeniuska enfoca la preparación con vistas a crecerse: «Siempre pienso en superar mis marcas, porque me abre nuevas puertas y brinda oportunidades de éxito, en consonancia con el objetivo del equipo.
«Me hallo lista; quiero mi medalla de oro, como esperan de mí. Debo afinar la técnica, principal dificultad en mi rendimiento; ya me costó el título en San Salvador», explica.
Menos de un año resta para la cita centrocaribeña en Quisqueya. Cual fieras enjauladas, alertas para cazar, se encuentran ambas y aspiran comenzar con el pie derecho su andar en el venidero evento clasificatorio.
«Pronto iremos a una base de entrenamiento en Varadero y nos terminaremos de poner a punto para la competencia», refiere Mirabal. Entre tanto, su compañera confiesa: «Estoy ansiosa y eufórica, pretendo regresar al escenario y sacar cuanto llevo dentro de mí. Uso el deporte para expresar todas las emociones que guardo».

















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