
Cuando Cuba debutó hace dos años en Belgrado, sede de la primera Olimpiada de Ajedrez para Personas con Discapacidad, su entrenador Rodney Pérez confesaba no estar contento por concluir en el puesto 14.
Pasaron dos años, y con sed de revancha, y de poner en alto el nombre de nuestro país en los tableros, llegó la segunda edición en Astaná. Y, justicia, se hizo historia al concluir en el sexto lugar del evento que cerró recientemente.
El equipo cubano, liderado por el veterano Carlos Larduet, medallista de plata universal entre ciegos y débiles visuales, obtuvo saldo de cuatro victorias y dos derrotas en las seis rondas del torneo. Salieron airosos en sus matches ante Kazajistán-2 (3-1), la India (3,5-0,5), Uzbekistán (3-1), y Venezuela (3,5-0,5); y cedieron ante Polonia (3,5-0,5), y el plantel multinacional de limitados físico-motores (2,5-1,5).
Previo al torneo, Cuba se ubicaba como el cuarto mejor equipo precompetencia, con elo de 2 164. Los pronósticos se cumplieron, y concluyeron en sexto lugar con ocho unidades, siendo el mejor de América.
La selección que participó en Kazajistán apenas sufrió variaciones en comparación con la primera edición. De la nómina presentada hace dos años, Alberto Interian fue el único ausente. Carlos Larduet (2 267), Pedro Morales (2 316), Idalis Batista (1 840), y el joven Héctor Luis Fuentes (2 231), fueron los protagonistas en esta ocasión.
Como dato curioso, vale acotar que esta es la segunda mejor ubicación histórica en lides olímpicas, si tenemos en cuenta los registros en la modalidad convencional. Lo hecho ahora solo es superado por el cuarto lugar del equipo femenino en Khanty-Mansiysk 2010.
A nivel individual, Larduet fue el más notable, con cuatro rayas en seis partidas. A sus 67 años, el santiaguero es un ejemplo de longevidad deportiva, la cual lo posicionó como el sexto mejor jugador entre los defensores del segundo tablero.
Kazajistán cerró sus cortinas con un claro mensaje: el ajedrez no tiene fronteras. La inclusión en el Juego Ciencia es un jaque mate a cualquier vestigio de discriminación deportiva.
En la clasificación general, el primer plantel de Rusia (que compite bajo bandera fide) hizo añicos las ilusiones de Polonia por doblar el campeonato. Con total de 11 puntos, los eslavos ganaron el cetro universal. Le siguieron los polacos (10) e Israel (9).
UNA DAMA QUE ES DE HIERRO
Cuando a Maritza Arribas (2 195) le apodaron la Dama de Hierro, debieron acotar también que se trataba de un metal incorruptible. La santiaguera, a sus 54 años, sigue haciendo historia en el ajedrez cubano y mundial.
Por estos días participa en el Campeonato Mundial Senior, con sede en Italia, en el que, al término de la sexta ronda, se ubicaba quinta con cuatro puntos, a una de la líder Ketevan Arakhamia-Grant (2 269), de Escocia.
Arribas concursa en la categoría femenina para mayores de 50 años. Hoy disputará la séptima fecha ante la estadounidense Natalia Tsodikova (2 143).
Por su parte, en la rama masculina, para mayores de 65 años, Luis Sieiro (2 279) se ubicaba en la plaza 58 con cuatro unidades, pero a 1,5 del líder Alexander Mikhalevski (2 411), de Israel.
En la lid mundialista destacan algunos nombres, como el del brasileño Darcy Lima (2 396), el ucraniano Valentin Bogdanov (2 314), activo a sus 78 años; así como los de la sueca Pia Cramling (2 403) y la georgiana, y campeona del orbe en 1961, Nona Gaprindashvili (2 193), quien, con 84 años, ostenta la condición de ser la primera mujer en ser nombrada Gran Maestra.

















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