
Desde El Cairo, y en el frío de la ciudad noruega de Førde, Cuba, en la anatomía de sus atletas, levantó varias alegrías a base de fuerza y voluntad. En las últimas jornadas, nuestro país se ha hecho de un lugar cimero en la halterofilia.
Si de gran mérito fue la medalla de plata mundial de Marifelix Sarría, obtenida hace poco más de una semana, de semejante reconocimiento son las dos preseas de Cuba en el Campeonato Mundial de Parapesas.
Sumado al tercer lugar de Leidy Rodríguez, en la jornada de cierre, el elenco
masculino obtuvo la medalla de plata en la prueba por equipos. Jesús Cuevas, Pablo Ramírez y Enmanuel González hicieron la hazaña al registrar total de 413 unidades, récord nacional.
Por su parte, las muchachas, aunque fuera del podio, inscribieron también una nueva plusmarca para el país. Leydi Rodríguez, Amalia González y Daynelis Vázquez lograron 247 puntos.
Ninguna medalla tiene valor tangible, y todo el dinero del mundo no se mide en la alegría de estos atletas que, ante todo, son campeones de la vida. Sus logros son la victoria de quien, pese a la adversidad de las dificultades físicas, no cesaron en su sueño de ser deportistas. Por ello, ya son monarcas.
El movimiento paradeportivo cubano sigue sumando alegrías en cada escenario que compite. Próximamente, en Chile, nuestros jóvenes escribirán su propia historia, inspirados en la virtud de aquel que no se rinde.
La cita en El Cairo, a la que asistieron más de 500 forzudos, contó con la presencia de todos los campeones paralímpicos de París, lo que agranda la hazaña de los nuestros. Las cortinas quedaron cerradas este sábado, hasta que Manama, en 2026, acoja nuevamente el evento.
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