En apenas un corto periodo de tiempo, Marifélix Sarría se ha convertido en la principal carta de triunfo del levantamiento de pesas en Cuba, después de ganar, en 2024, tres medallas de oro en el Campeonato Mundial Juvenil y concluir en el cuarto sitio en la cita del orbe de mayores.
Desde que se inició en el mundo de la halterofilia, la joven cienfueguera demostró sus cualidades y, hasta ahora, va con un buen ritmo para superar sus registros individuales y seguir posicionándose en la élite de la división de +86 kilogramos.
Sobre sus próximos pasos dialogó con este diario, y dijo estar lista para los nuevos retos, entre ellos, establecer nuevas cotas personales que, hoy son de 115 kilogramos en arranque, 157 en envión y 272 en el total.
«La preparación marcha bien. Tengo pensado competir en este 2025 en varios eventos internacionales, como el Campeonato Panamericano de Colombia, el Mundial de mayores en Noruega, y un torneo clasificatorio rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo-2026.
«El sistema de trabajo es más o menos el mismo que he estado haciendo. Pero pongo énfasis en el ejercicio de arranque, pues hay algunos puntos técnicos que necesito solucionar. Si los mejoro, mis resultados en el envión también serán positivos, porque no tendré esa presión en busca de una marca», afirmó.
Acerca de la responsabilidad que significa ser la primera figura en el levantamiento de pesas en Cuba, en uno y otro sexo, con apenas 20 años de edad, Sarría dijo que lo maneja con naturalidad.
«Yo me enfoco en prepararme día a día, y en tener seguridad en las cosas que hago. Apenas estoy iniciando mi carrera deportiva, y lo mejor es no pensar en situaciones que no se pueden controlar. También son importantes los consejos y el apoyo que recibo de mi familia para seguir en ese camino».
Sarría dijo que en el tiempo de espera por su reclamación, tras haber dado –erróneamente– positiva en un control antidoping, aprendió a ganar en tranquilidad.
«Ese periodo fue muy largo y, por supuesto, pasé por momentos duros en los que me sentía desanimada. No tenía ganas de entrenar. Fueron un año y tres meses de espera, hasta que llegó la respuesta que confirmaba mi inocencia. Ese impasse elevó mi resistencia y logré salir con éxito de los baches temporales.
«El resultado de adquirir una mejor capacidad sicológica incide de forma positiva en la competencia. Yo me preparé bien para los mundiales, el juvenil y el de mayores, por eso se lograron buenos registros y puse mi nombre entre las mejores del mundo», aseguró.
Cree que, si se mantienen sus éxitos internacionales, ayudarán para que más jóvenes se adentren en la práctica del levantamiento de pesas en Cuba.
«Hoy tenemos a un grupo de muchachas con talento en la preselección nacional. Existen expectativas de que este grupo puede seguir creciendo, así que el futuro es positivo si todas se dedican al entrenamiento.
«A mí no me interesaban las pesas, porque yo practicaba polo acuático en Cienfuegos. Como mi rendimiento no era bueno, los entrenadores de levantamiento de pesas me sugirieron probar en este deporte, y mira… los resultados están saliendo bien».
Sarría rememora que el cambio fue difícil, pues tuvo que adaptarse a un deporte distinto, aunque lo asumió con optimismo, porque ya ella había pasado por varias disciplinas cuando era una niña.
«Tuve que familiarizarme con la técnica primero, luego establecer marcas personales en lo que me iba enamorando de este deporte. Si yo pude hacerlo, otras niñas podrán también».

















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