Ya comenzó el Campeonato Mundial de Balonmano, y mañana será el debut de los cubanos ante Eslovenia, tras 16 años sin competir en una lid de este tipo.
Cuba, que integra el grupo g, cumplió exitosamente su preparación en la urbe croata de Umag. Los dirigidos por Jover Hernández realizaron una serie de tres partidos amistosos, en los que empataron a 33 goles con Argelia, cedieron, por 27-28, ante el club croata RK Porec, y vencieron al club esloveno RK Gorenje Velenje, por 29-27.
La llave la completan Islandia y Cabo Verde. Todo apunta a que el duelo entre cubanos y africanos defina al tercer clasificado, lo cual se conecta con el objetivo de los de la Mayor de las Antillas de alcanzar una victoria en esta etapa preliminar.
En la primera jornada de esta cita mundial, que por primera vez en su historia acogen tres naciones –Croacia, Dinamarca y Noruega–, no hubo espacio para las sorpresas.
El partido inaugural estuvo a cargo de Italia y Túnez (grupo b), con victoria para los
europeos, de 32 goles por 25, en la ciudad danesa de Herning. Leo Prantner fue el líder ofensivo, con diez goles.
Esta es apenas la segunda incursión de los italianos en certámenes del orbe, pero sin duda es un buen comienzo, teniendo en cuenta que a la ronda principal avanzan tres equipos.
En el otro enfrentamiento de este apartado, los daneses, locales y campeones defensores, aupados por una afición incondicional, arrasaron con los argelinos, por 47-22. Ellos no solo son favoritos para dominar el grupo, sino también para retener su corona, por cuarto mundial consecutivo.
Lo llamativo, de cara a este, era la ausencia de dos de sus grandes figuras históricas, el lateral izquierdo Mikkel Hansen y el portero Niklas Landin, tras su retiro. No obstante, el equipo demostró que el talento sobra en sus filas. El guardameta Emil Nielsen resultó el jugador más valioso del partido, y Mathias Gidsel fue el máximo anotador, con diez goles.
Este martes también fue el estreno del grupo c, en la ciudad croata de Porec. A primera hora, Francia, máximo ganador de estas justas, con seis coronas, se impuso a Catar, por 37-19, con destaque ofensivo para Thibaud Briet, con siete goles. El portero Rémi Desbonet, a la postre el más valioso, mantuvo alta eficiencia en las paradas, reduciendo aún más las posibilidades de los cataríes.
En el último duelo de la jornada, Austria dispuso de Kuwait por 37-26. Pese a tener dos bajas sensibles, por las lesiones de Nikola Bylik y Janko Božovic, el equipo mostró una balanceada ofensiva, con diez jugadores aportando al marcador (cuatro de ellos con cinco goles), y una fuerte defensa, con el portero Constantin Möstl como estandarte, con 13 atajadas.
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