El año 2024 tuvo en los Juegos Olímpicos de París su mayor compromiso competitivo, y con ese objetivo se diseñó la planificación de los 61 deportistas cubanos que tomaron parte en esa cita.
Los resultados, tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos, reflejaron que la Mayor de las Antillas mantiene el protagonismo mundial en deportes como la lucha y el boxeo; mientras, en otras disciplinas, se han logrado mantener atletas de nivel en la élite mundial (canotaje, taekwondo, voleibol de playa y tiro deportivo).
Si algo han propiciado las destacadas actuaciones cubanas en ese y otros escenarios de envergadura ha sido la inconformidad. Por eso se sabe que es necesario hacer modificaciones para rescatar deportes que han experimentado retrocesos. Volvió a brillar el Beisbol5, con su título del orbe.
Pero en un año tan complejo no solo las medallas expresan que se ha hecho un buen trabajo. Las marcas nacionales de Laurent Estrada, en el Mundial de Natación de curso corto, reflejan un crecimiento. La clasificación y la competencia del arquero Hugo Franco fueron un éxito resonante que lo llevó hasta la lid francesa; también emocionó Marifélix Sarría, al levantar un cuarto lugar en la halterofilia del orbe, lo mejor en esos conciertos de una mujer cubana, o la clasificación mundialista del fútbol Sub-20, el fútbol sala y el balonmano.
Uno de los títulos más preciados del movimiento deportivo cubano fue el de acompañar, con sus médicos, la actuación de nuestros atletas. Esos galenos, enfermeros y paramédicos, junto a los científicos y técnicos del Laboratorio Antidopaje, también velaron por el estado óptimo de los parámetros biomédicos de los procesos de preparación para las exigentes cotas competitivas.
El año 2025 traerá nuevos retos. Desde este momento, las alegrías y esperanzas en busca del triunfo acompañarán a los atletas cubanos en cada empeño.


COMENTAR
Responder comentario