ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: John Vila Acosta

«Excelente día que reunió a muchos peloteros que no nos veíamos desde hace años. Creo que complacimos al público que vino a vernos. Esta iniciativa debe realizarse con más frecuencia», expresó el derecho capitalino Lázaro de la Torre.

Él mismo, a quien todos recordamos por su capacidad de trabajo y por lo corajudo que fue en la tabla de lanzar, impulsó tres de las seis carreras de su equipo, al pegar un tubey con las bases llenas.

Como hace 150 años, en el vetusto Palmar de Junco matancero, la escuadra de La Habana se impuso a la anfitriona, esta vez no de manera holgada, como entonces (51-9), sino por 6-0.

Que estos peloteros –muchos de ellos con más de seis décadas de vida, y otros hasta con siete– hayan saltado a la grama en un día tan significativo para la pelota, no solo muestra el compromiso con el beisbol. Ellos expresaron, además, su incondicionalidad a esos que volvieron a las gradas, convocados por el abolengo de sus ricas historias en la grama.

Claro que hubo una u otra pifia en lances que eran outs seguros con sus guantes mozos, como nos cuenta el colega José Luis López.

Lázaro Junco, de madero temible, reconoció el esfuerzo de quienes desplegaron esta hermosa idea. Junto a él, en ese partido-homenaje, hay muchos ejemplos para las nuevas generaciones; inspirarse en ellos, en su amor al uniforme y a los aficionados, es un plus para llegar a ser un buen beisbolista.

Pero también en el Palmar de Junco, entre quienes salieron a jugar –y a ganar, porque jamás han abandonado ese axioma de que el juego más importante es el de hoy–, hay no pocos potenciales mentores. El propio De la Torre es uno de ellos, signado por su disciplina, o Frank Camilo Morejón, dotado por su obra de superación de conocimientos muy actualizados sobre la pasión de los cubanos.

Después de 150 años, y a pesar de los jits que no hemos dado, hay potencial y reserva para levantarnos. El Palmar de Junco abrigó ayer esa esperanza.

Foto: John Vila Acosta
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