ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
«Visualizo un buen futuro si me mantengo firme, sin cambiar mis metas ni mirar hacia atrás». Foto: Calixto N. Llanes

¿Cuántos disparos necesita un hombre antes de acertar en el blanco de su destino? Alexander Reyna Jerez probó el sendero de los 100 y 200, metros y el salto largo en el atletismo. Luego ejerció como profesor de ese deporte en una escuela primaria de Jovellanos, Matanzas.

En medio de una clase, el fallecido Lisinio, entrenador de la selección nacional de paratiro femenino, invitó a Reyna a descubrir el mundo de las dianas a los 20 años.

Al principio asistía dos o tres veces por semana a la preparación debido a sus compromisos laborales y las dificultades del transporte hacia la cabecera de su provincia. Poco después, el coronavirus lo obligó a detener su progreso y volver desde cero, aunque esa enfermedad constituye apenas uno de los tantos retos vencidos por su constancia.

«Me desempeño en la modalidad de precisión, en diez y 50 metros. Practicamos la primera mejor porque lleva perles, pero la segunda sí requiere balas y carecemos de ellas, aunque ahora tenemos, pero pocas. Entonces, en esta última, realizamos trabajo técnico y casi siempre disponemos de las municiones solo en los eventos.

«Además, las armas de esa distancia son más antiguas. A pesar de esas dificultades, agradezco a la dirección del país, al Comité Paralímpico Cubano y a la Federación de Tiro porque nos compran los implementos y los recursos indispensables.

«Me presenté bien en mi debut internacional en la Copa del Mundo Corea del Sur-2022. Accedí a la final y aseguré los cupos paralímpicos, parapanamericanos y para la cita del orbe en 50 metros. Sentí un poquito de orgullo y confirmé mis posibilidades de llegar lejos.

«En noviembre de ese año, durante el Campeonato Mundial de Al Ain, Emiratos Árabes Unidos, en la pistola de aire a diez metros, garanticé mi presencia en Santiago-2023 y, París-2024. El logro temprano de esos objetivos me permitió acudir calmado a los futuros eventos.

«Junto a Di Ángelo Lóriga y Yenigladys Suárez, en el equipo mixto a 50 metros, alcancé el bronce en las copas del orbe de Osijek-2023, Croacia, y Nueva Delhi-2024, India, con un récord de América cifrado en 1 550 puntos. Todos halamos parejo y espero otras buenas actuaciones colectivas, aunque esa prueba está fuera del programa olímpico».

Hasta los mejores tiradores pierden una bala y, en el caso de Reyna, más de una: «En Croacia marchaba entre los cuatro primeros de la clasificación de diez metros, pero salí a tomar un respiro y olvidé colocar el perle. Cuando volví y apreté el gatillo solo salió el aire comprimido y acabé alejado de la final. En otra contienda lancé una munición fuera del blanco porque me faltó concentración.

«Intervine en Santiago como recordista de América y avancé a la instancia definitiva con el registro histórico del certamen, pero cuando terminé una ronda, antes de la pausa, realicé un disparo más y descendí de los puestos de avanzada al sexto lugar. Los 50 metros se realizaron al otro día, pero estaba cerrado mentalmente y no me pude recuperar».

Después de esas horas aciagas pasó la página y apuntó con grandes sueños al próximo año. Sus compañeros y él compartieron con el equipo convencional para elevar su nivel, en el inicio de un itinerario con la mirilla enfocada en los Juegos Paralímpicos.

«En una base en El Salvador conseguí mi momento óptimo: igualé el tope mundial de diez metros con 582 unidades, y me mantuve sobre las 570. En el Abierto de Arequipa, Perú, reiné en esa distancia y obtuve el subtítulo en 50. Allí enfrenté a oponentes con boleto para la capital francesa.

«En la final de diez metros en París transitaba segundo, pero un mal disparo me bajó al cuarto, aunque con la tranquilidad de sostenerme entre los mejores: los tres ocupantes del podio ostentaban lauros planetarios. Siempre notaba cómo los medallistas suscitaban la atención de los demás, pero en este caso me llamaron para felicitarme desde el Comité Paralímpico y la familia. Me hicieron saber la dimensión de mi resultado.

«En 50 metros mejoré mi marca personal a 531-6x y pensábamos, por la experiencia de lides anteriores, que bastaría para clasificar, pero nos equivocamos. Además, me vi tan seguro entre los finalistas que me quedé por debajo en el último tiro.

«Los asiáticos son los mejores gracias a su concentración y su disciplina. ¿Quién no sabe que al cubano le gusta la guaracha? Pero debo erradicarla para el deporte. Visualizo un buen futuro si me mantengo firme, sin cambiar mis metas ni mirar hacia atrás».

Pocos días después del recibimiento festivo en su natal finca Sofía, tras su hito en Francia, cumplió 24 años. Ante el interés de conocer cómo disfrutó esa fecha, me sorprendió con el anuncio del mayor regalo de su vida: «No la celebré como quería porque mi esposa Maybel estaba ingresada por el embarazo y la estaba acompañado».

Su hija Alexandra nació, por esas conspiraciones del azar, en la semana elegida para publicar esta entrevista, cuyas palabras llevan la esperanza de florecer en los oídos de la niña y susurrarle las primeras verdades sobre su padre.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.