Con la llegada de la segunda ventana de los clasificatorios al FIBA AmeriCup-2025, el baloncesto de selecciones nacionales toma nuevamente protagonismo. Este fin de semana, en una etapa decisiva, los equipos buscan asegurar su pase al torneo continental del próximo año.
En esta segunda ventana no solo se trata de sumar victorias, sino de manejar las presiones, las estrategias y las rivalidades regionales. En esta fase, se empiezan a perfilar los equipos que estarán en la disputa de los tres boletos de cada grupo, con excepción del Grupo c, donde el anfitrión, Nicaragua, ya tiene su plaza garantizada.
En la primera ventana, nuestra selección nacional de baloncesto acaparó los titulares de este deporte en América. Los cubanos sorprendieron, con marcador de 81-67, ante Estados Unidos, en febrero pasado, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva.
Los antillanos tomaron desquite de la derrota inicial (100-79), y ambos equipos quedaron con registro nivelado de 1-1 en el grupo d. Con este mismo balance terminaron Bahamas y Puerto Rico, los otros dos elencos de esta llave y rivales ahora de los cubanos los días 22 y 25 de este mes, respectivamente, siempre en el coliseo capitalino.
En los duelos iniciales, Puerto Rico sacó a relucir su peso histórico en el continente, y le pagó con la misma moneda a Bahamas, al vencer, por amplio margen de 86-67, como visitante, para cobrar venganza ante lo sucedido en el primer encuentro.
Los bahameños habían dominado (88-77) en San Juan, pero en el desafío de vuelta, los tres veces campeones de la AmeriCup hicieron lo propio en el gimnasio Sir Kendal Isaacs, de Nassau, para dejar a ambas escuadras con igualadas.
En medio de este abrazo dominan los puertorriqueños con la mejor diferencia de puntos a favor (+8). Le siguen los estadounidenses (+7), Cuba (-7) y Bahamas (-8).
Este viernes, Cuba se enfrenta a Bahamas, y para los de casa, este es un partido de vida o muerte si quieren mantenerse en la lucha por uno de los tres boletos del Grupo d. La selección nacional necesita aprovechar la ventaja de la localía, como lo hizo contra Estados Unidos, para mantener sus opciones abiertas.
Un triunfo de Cuba podría mantenerlos en la pelea por la clasificación, mientras que una derrota los dejaría bien cerca de la eliminación. En este sentido, el partido contra Bahamas se vuelve aún más relevante, pues el equipo bahameño no es un rival fácil.
Desde 1975, cubanos y bahameños se han visto las caras en cuatro oportunidades. En las tres primeras Cuba venció: 92-58 en los Panamericanos de México-1975; 99-90 en La Habana-1991; y en el campeonato de la FIBA de 1995 se registra el último éxito cubano, 99-88, sobre su rival de turno. El resultado más reciente entre ambas selecciones favoreció a Bahamas, cuando en el Preolímpico de 2023 dispuso fácil de Cuba 109-68.
Frente a Puerto Rico la historia de duelos particulares es mucho más amplia. Los boricuas han dominado a placer a los cubanos al doblegarlos en 18 de las 20 oportunidades en las que se han visto las caras. La última vez que un quinteto cubano cantó victoria (97-79) sobre uno de la Isla del Encanto fue en los Juegos Panamericanos de Caracas-1983, según los datos del estadístico Wilber Rodríguez Vera.
Los rivales que ahora Cuba enfrentará se antojan complicados para establecer pronósticos favorables, máxime cuando tendremos que encontrar la manera de contrarrestar las sensibles bajas por lesión del ala pívot capitalino del Maccabi Tel Aviv israelí, Jasiel Rivero, y del también capitalino Karel Guzmán, del Transilvania Cluj Napoca, un club de la liga profesional de Rumanía. Otro que tampoco estará disponible será el villaclareño Yoel Cubillas, imposibilitado de resolver trámites migratorios para regresar a Cuba.
La segunda ventana de los clasificatorios al FIBA AmeriCup-2025 es una etapa clave para varios equipos que luchan por un cupo. Cada encuentro no solo es importante para la clasificación directa, sino también para el desarrollo de las selecciones, como la cubana, que busca consolidar su lugar en el baloncesto internacional, y que se juegan el todo por el todo en cada salida a la cancha.
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