ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Adria Aragón Blanco completó su primer triatlón en la modalidad sprint con 16 años, acompañada de su familia. Foto: Cortesía de la entrevistada

Su voz y sus gestos delataron su tensión, mientras su esposo, su niña y un gran amigo avanzaban en el agua. Así lo vivía desde uno de los canales de la Marina Hemingway, en La Habana, en el Campeonato Nacional de Másteres de Triatlón.

Cuando los contendientes transitaron al ciclismo, Zunami Blanco Rodríguez comenzó a guardar las memorias del día en fotos y videos, y procuró el apoyo logístico para sus atletas, como en cada uno de sus eventos.

Minutos más tarde, apareció, con sus últimas fuerzas, su hija, Adria Aragón Blanco, de solo 16 años, la más joven del certamen. Tras su arribo a la meta, coronado con un abrazo familiar, y aislada del viento, un obstáculo adicional enfrentado por los competidores, conversamos con Zunami.

«Es una locura, porque, aparte de mis estudios de Comunicación Social, el preuniversitario de la niña, el trabajo de mi esposo, Levián Díaz Camejo, necesitamos dedicarle por lo menos una hora diaria a los entrenamientos.

«Vivimos en el municipio de Bauta, en Artemisa, y nos trasladamos a Baracoa, para prepararnos en la natación. Pero el mal tiempo nos obligó a venir a la Marina en las fechas previas.

Nos exige mucho esfuerzo, sin embargo, lo hacemos por amor al deporte y a la vida», aseguró.

El amigo Liván Valdés Yero, casi un miembro más del hogar, evocó la incursión inicial en las carreras, dentro del club Bauta Runners, impulsados por la búsqueda de bienestar y salud.

Han tomado la partida en el Marabana y en circuitos de los municipios de Güines, San José y Artemisa.

«Llegamos al triatlón para probarnos e integramos el club Los Matojos del Tri. Empecé a competir en 2017, realicé la media iron man dos años después, y volví luego de la pandemia.

«Concursamos en natación, nadamos todos los domingos en un círculo social, agrupados en el club Juventud Acumulada, el más longevo del país en esta disciplina, que también acoge a personas con discapacidad. Es una labor que llena los corazones».    

Adria debutó en la maratón y persiguió el atractivo y el reto del triatlón, inspirada por sus ejemplos cercanos. «Aunque ya no puedas con tus piernas, la familia te motiva a continuar y a terminar».

Es justamente la esencia del deporte, visto como una conquista y realización de la sociedad. También es esta familia el reflejo de cómo desde la comunidad se gana una medalla de oro, tal vez la más importante: la de promoción de salud.

Más allá de los récords y las medallas, el deporte posee el don de buscar siempre un paso más. Ellos nos recuerdan esa lección, junto a la grandeza de cruzar juntos la meta.

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