«Nos comprometemos a asegurar una experiencia inclusiva, que respete la diversidad. Nuestro objetivo es lograr, con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Los Ángeles-2028, una inclusión digna de una medalla de oro».
Así lo afirmó el doctor Shaun Harper, director ejecutivo del Centro de Raza y Equidad de la Universidad del Sur de California (usc, por su sigla en inglés), entidad que trabaja junto al comité organizador del magno evento. La ciudad montará por tercera ocasión la cita cuatrienal –antes en 1932 y 1984–, con la particularidad de que en la próxima edición será sede, por primera vez, de deportistas paralímpicos.
Consciente del racismo y brutalidad policial repetidos diariamente en Estados Unidos, e intentar que tan bochornosas demostraciones no empañen el ambiente de hermanad entre los participantes en el certamen, Harper declaró que la misión de la usc será «iluminar, interrumpir, y eliminar el racismo en todas sus formas. Nos esforzaremos por promover la equidad para todas las personas marginalizadas y cultivar culturas sostenibles de inclusión y respeto».
La preocupación está presente, y tendrán que trabajar muy duro en cuatro años para lograr una medalla de oro por la inclusión.

















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