ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Miltiadis Tentoglou. Foto: tomada de runner's world

Despertar el interés del público en los distintos deportes es tarea fundamental para cada Federación, y hacer los cambios que lo permitan es crucial para mantener con vida el espectáculo deportivo.

En febrero de este año se dio a conocer que World Athletics (WA) consideraría la posibilidad de hacer cambios en la prueba de salto de longitud, con el objetivo de que se cometan menos faltas y que la prueba sea más vistosa, competitiva y entretenida. 

Por ejemplo, en el Mundial de Budapest-2023, un tercio de los saltos no fueron válidos.

El director ejecutivo de WA, Jon Ridgeon, había comentado al podcast Anything But Footy, que la idea era sustituir la tabla de batida (20 cm) por un área de despegue mayor, y que el salto se mida desde donde marca el pie de despegue. «Eso significa que cada salto cuente. Se suma al peligro y al dramatismo de la competencia».

Ello, sin duda representaría un cambio profundo en las estrategias que deben seguir en los entrenamientos. La esencia del salto de longitud había estado invariable desde su inserción en los i Juegos Olímpicos de la era moderna: ganar impulso y saltar lo más lejos posible, sin pisar la tabla de batida desde la que se miden los saltos.

WA explicó que estarían trabajando este cambio en circunstancias de la vida real, con buenos atletas, durante los próximos dos años, y que, de no rendir frutos, no la introducirían.

Figuras como el legendario Carl Lewis o el vigente campeón olímpico, el griego Miltiadis Tentoglou, se mostraron reticentes ante la noticia. El griego, tras su victoria en el Mundial Bajo Techo de Glasgow, expresó que «el salto en sí es simple; lo que convierte al salto de longitud en una de las pruebas más complicadas es la tabla de batida y la precisión que requiere. Hay que correr como un velocista y llegar a la tabla perfectamente».

Para Lewis, «eso simplemente eliminaría la habilidad más difícil de la prueba. Solo harían la canasta más grande para los tiros libres, porque mucha gente los falla».

Lo cierto es que este mes, por primera vez, se puso a prueba la «zona de despegue» con un área de 40 cm, en el Track Lab de Friburgo, en Suiza.

En el Meeting, de categoría de plata del World Athletics Continental Tour, además se añadieron otros cambios como la reducción del tiempo de reacción en las pruebas de velocidad de 0,10 a 0,000, y el estreno de la carrera de una milla con obstáculos.

La rumana Alina Rotaru-Kottmann, medallista de bronce mundial, dominó la prueba de salto de longitud, con 6,64 metros. Lo más significativo resultó que los 18 saltos ejecutados fueron válidos y medidos.

Las especialidades de campo, como el salto con pértiga y el lanzamiento de jabalina, también experimentaron modificaciones. En el caso del primero, se realizó una competencia mixta en la que se midió la altura efectiva absoluta sobre la barra; mientras en el segundo solo se medía si la marca suponía una mejora con respecto a la anterior.

Esa fue apenas la primera vez. Habrá que dar tiempo, a ver quién tiene la razón.

Por lo pronto, World Athletics asegura que todo «forma parte de un proceso de consulta para el futuro del deporte, para ver si esos cambios pueden mejorar el disfrute y la emoción de una competición. Después de este evento, se llevarán a cabo más pruebas y consultas con diversas partes interesadas. Todo lo que no pase una consulta exhaustiva no se implementará».

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