Hermes Ramírez, de las pistas a la eternidad

Hermes Ramírez falleció ayer, a los 76 años, pero nos dejó para la eternidad su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de México-1968, como parte del relevo 4x100 metros. Muchas cosas podrían cambiar, pero el hecho de conquistar una medalla olímpica jamás, así dijo en una ocasión.

Sin embargo, Hermes ya había ganado la gloria, con 12 años, se fue a alfabetizar a la Sierra Maestra. Ahí se empezó a forjar la leyenda del atletismo, inconscientemente, pues tenía que recorrer varios kilómetros al día, y lo hacía corriendo.

Fue en su etapa de secundaria en la que se «convirtió en atleta», luego de que en unas pruebas cronometrara 12 segundos en 100 metros. Después intervino en los i Juegos Escolares, coronándose en 100, 200 y 4x100; resultados que emuló en el curso siguiente.

A los 16, fue llamado al equipo nacional y desde entonces, su carrera fue en ascenso.

Asistió a tres Juegos Olímpicos

–México-1968, Múnich-1972 y Montreal-1976–, aunque sufrió una lesión poco antes de arrancar la edición alemana.

Participó en tres Juegos Panamericanos (Winnipeg-1967, Cali-1971 y Ciudad de México-1975), en los que alcanzó tres medallas de plata en el relevo 4x100, y dos de bronce individuales en 100 metros. Ganó, además, dos subtítulos en 100 y 200 metros en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ciudad de Panamá-1970.

En 1976, se retiró del deporte activo y continuó su trabajo como profesor. Cumplió misión internacionalista en Etiopía, y laboró como entrenador en México y Panamá. Estuvo cuatro años en el equipo nacional (2008-2012) como jefe del área de velocidad.

En su cuenta en x, el presidente del Inder, Osvaldo Vento, expresó que «estremece la noticia. Fue un cubano comprometido, que realizó con derroche de dignidad sus éxitos como atleta y formador».

Su cadáver será velado en la habanera funeraria de Calzada y k, en la capilla h, y el entierro será hoy a las 11:00 a.m.