El Capablanca se juega a puertas cerradas

Desde que comenzó el 57 Torneo Internacional Capablanca in Memoriam, el pasado día 3, el grupo élite fue trasladado del Salón de Embajadores, donde se había previsto su sede, hasta una suite especial en el piso 17, debido a problemas técnicos. Allí, el público no tiene acceso, por causa del reducido espacio.

De tal manera, sin el respetable y sin la prensa, pues los trebejistas no han visto bien la presencia de los informadores en el escenario de las partidas, se puede decir que el Capablanca se juega a puertas cerradas.

El hecho no deja de ser un obstáculo para el seguimiento de la principal justa ajedrecística de Cuba. La popularidad del juego ciencia en el país, y la importancia que, institucionalmente, se le da a este en la formación integral de niños y jóvenes, merece puertas abiertas.

Pero lo cierto es que ya transcurrió la quinta ronda, la cual pasó sin grandes novedades. Ruslán Ponomariov (elo de 2 646) conservó su invicto ante Mads Andersen (2 597), tras derrotarló en 62 movimientos de una apertura inglesa. El excampeón del mundo se vio en grandes apuros, pero el danés no aprovechó sus ventajas en el flanco rey.

El resto de las partidas acabaron en tablas, tras repetición de movimientos. Luis Ernesto Quesada (2 567) y Aryan Chopra (2 641) llegaron a la paz tras 35 movidas de un gambito de dama, y Evgeny Romanov (2 583), y Carlos Daniel Albornoz (2 610) lo hicieron en 47 lances de una apertura catalana.

Para la sexta ronda que se jugará hoy, se repetirán estos duelos, pero con el color de las piezas invertidas. En la cima de la tabla de posiciones aparece Ponomariov, con cuatro unidades. Le siguen Chopra (3) y Carlos Daniel Albornoz (2,5). Más alejados están Andersen (2), Quesada (2) y Romanov (1,5).