ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
En el cajón de bateo, Liosvany sabe discriminar los lanzamientos del pitcher contrario. Foto: Alejandro García

Hasta hace poco, Liosvany Pérez Ocampo, el muchacho que nació al lado del terreno de beisbol Sergio Antuña, en el municipio avileño de Ciro Redondo, era uno más entre los jugadores que conforman el equipo Ciego de Ávila.

Cuando llegó a los Tigres, sabía que no podía jugar por encima de Yoelvis Fiss, Abdel Civil u otros, pero entró en una época con carencia de jardineros porque, se sabe, la escuadra avileña pasó de tener los mejores del país (Rudney Castillo, Luis Robert Moirán, Isaac Martínez, el propio Fiss…), a ser cenicienta en esa área.

Los corredores contrarios anotaban desde la segunda base con cualquier inofensiva conexión, y hasta se sentían seguros, porque los outfielders carecían de esas herramientas. Poner out en home a cualquier corredor se volvía un verdadero dolor de cabeza.

Liosvany, un jugador de 25 años, que aspira «algún día» a vestir la franela de la selección nacional, por deseos y méritos propios, no impresiona por su físico, aunque le pega muy bien a la bola y es capaz de producir con eficacia. Arrancó bien en la presente Serie Nacional, la quinta en su bitácora como jugador, y hasta el juego 17 bateaba para average de 422, con 25 carreras anotadas, ocho dobles, un triple, un cuadrangular y 18 carreras impulsadas, sin errores a la defensa.

–¿Casi que del anonimato al terreno?

–Yo juego a la pelota desde las categorías infantiles, sin apuro y sin dejar de prepararme, en espera de la oportunidad. Se me dio hace como dos series y aquí estoy.

–¿Qué prefieres, batear o fildear?

–A casi todos los jugadores les agrada más batear; sin embargo, yo prefiero fildear, jugar a la defensa y, de hecho, creo que soy mejor fildeador que bateador.

–Sin embargo, hasta el juego 17 promediabas sobre los 400 de average.

–Yo mido un metro y 70 centímetros y peso apenas 70 kilogramos. Por eso me he concentrado en la fortaleza del tren inferior y de los brazos.

–Eres de ese tipo de pelotero explosivo…

–Me gusta jugar caliente. Además, soy rápido, esa es un arma que trato de explotar, aunque debo mejorar en el robo de bases.

Tiene en su mente ser campeón de Cuba con los Tigres del olímpico Dany Miranda Agramonte. ¿Sueño o realidad?

«Hemos comenzado bien, como nadie lo esperaba. Quisiéramos que los Tigres volvieran a ser campeones nacionales».

Liosvany es un raro caso de haber jugado muy poco la llamada «pelota manigüera» (la del barrio, organizada allí por los practicantes), esa que en algún momento casi todos los cubanos hemos practicado.

–La jugué muy poco; tampoco lo hice en el fútbol ni en otro deporte, porque mi abuelo me aconsejaba que cuando uno adquiere cierto nivel, tiene que cuidarse de las lesiones, de un pelotazo, de que te vires un pie o te lastimes el brazo. Lo que sí entreno mucho.

Al terminar la Serie Nacional, descanso una o dos semanas, y vuelvo a entrenar. Me llevo un plan de entrenamiento. Tengo metido en mi cabeza, que debo trabajar duro si quiero triunfar en un deporte en el que existen muchas figuras. Casi todos los cubanos saben jugar al beisbol, y yo me divierto en el terreno, pero con seriedad.

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Herbert Toranzo Falcón dijo:

1

6 de abril de 2024

07:04:02


Excelente el comienzo de Ciego de Ávila, y un gran atleta este muchacho. Que sigan así, a ver si llegamos al cuarto campeonato.