El Laboratorio Antidoping de La Habana (LAH) tiene múltiples motivos para celebrar. Con 23 años de funcionamiento, cuenta con un notable prestigio internacional.
Fue inaugurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 13 de febrero de 2001. Recibió su primera acreditación, por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), el 23 de septiembre de 2003, un tiempo récord para este tipo de instituciones, y su historia prestigia a la ciencia y al sistema deportivo cubanos.
Según la revista cubana de Medicina del Deporte y la Cultura Física, en 1999, la delegación de la Mayor de las Antillas que participó en los XIII Juegos Panamericanos de Winnipeg, en Canadá, alcanzó el segundo lugar por países, pero esta vez la sombra del dopaje empañó la actuación cubana.
Nuestro Gobierno definió esta situación como un complot contra prestigiosos atletas del país, y clara expresión del trasfondo de fuertes contradicciones entre el deporte profesional y amateur, a nivel internacional.
Esto motivó la idea de tener un laboratorio acreditado internacionalmente en Cuba y, por coincidencia, en ese propio año se fundó, en Suiza, la AMA. En poco tiempo, nuestro laboratorio antidoping se convirtió en el número 31 con esa categoría a nivel mundial, y el quinto en América Latina.
LOS RETOS, EN MEDIO DE UN CRUEL BLOQUEO
Las acreditaciones consecutivas confirman al LAH como una entidad de excelencia a nivel global, máxime en la actualidad, cuando únicamente siguen operativos 26 laboratorios, solo cuatro en América, según datos oficiales de la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Además de sobreponerse a los azotes del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba, el LAH sortea otros escollos, propios del mundo desigual en que vivimos.
En 2019 estableció un récord de 5 000 pruebas antidoping, 4 000 de ellas provenientes del exterior. Esa cifra confirma el alcance internacional y la profesionalidad de sus trabajadores.
Las limitantes no han sido pocas. En entrevista publicada por el sitio web del Inder, el máster en Ciencias Rodny Montes de Oca Porto, director del LAH desde 2012, explicó que «Cuba cobra, por cada prueba antidoping, entre 150 y 200 dólares. Otros piden hasta 400. Nuestro laboratorio no se autofinancia a partir del número de muestras procesadas», afirmó.
«La tecnología muchas veces nos cuesta el triple del valor original, pero no es lo único que se dificulta a causa del bloqueo. Muchos de los reactivos empleados proceden de Estados Unidos. Sin el respaldo del Estado cubano, y sin la ayuda internacional, el LAH no pudiera funcionar. Cito apenas un ejemplo: nuestro homólogo en México debió cerrar, y ahora hacemos algunas de las pruebas que realizaba», agregó.
RESULTADOS INCUESTIONABLES
El prestigio internacional de sus especialistas ha permitido la participación de estos como parte de los equipos de trabajo en otros laboratorios acreditados para la realización de los controles antidopaje de juegos multideportivos, como los Panamericanos de Río de Janeiro-2007, Guadalajara-2011, Lima-2019, los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz-2014 y los Juegos Olímpicos Río-2016.
Hoy el LAH extiende sus servicios a toda la comunidad deportiva cubana y a la población en general. Colabora con federaciones nacionales e internacionales, así como con diferentes organizaciones antidopaje, entre ellaslas de Venezuela, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Perú, Nicaragua, Bolivia, Chile, Organización Regional Antidopaje de Centroamérica, Organización Regional Antidopaje de Sudamérica, y en la realización de sus programas antidopaje.
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