ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Cubadebate

La Serie del Caribe se juega, hasta el próximo viernes, en el estadio LoanDepot Park de Miami, con representaciones de República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, México, Panamá, Nicaragua y Curazao. La pregunta es: ¿por qué la sede en una ciudad de un país que no participa en ese certamen?

En el beisbol, el dominio de esa nación transita por la dependencia a las Grandes Ligas de las competiciones más importantes de la región. La Serie, en el fondo, no le pertenece al Caribe. En ese contexto, conserva vigencia aquel epíteto de Fidel Castro: «la pelota esclava».

Un estudio de Oscar Fernández y Tony Pérez, hombres de profundos saberes, por sus obras investigativas sobre la historia del beisbol, ubica el surgimiento del torneo en un pacto de 1947, entre la Liga Cubana y la Asociación de las Ligas Menores norteñas para integrar las lides invernales de Puerto Rico, Panamá y Venezuela.

El 8 y 9 de abril de 1948 sesionó, en el hotel Sevilla de La Habana, la i Convención del Beisbol Profesional del Caribe, de la cual nació la Confederación (CBPC) encargada de organizar la Serie del Caribe, junto a otros acuerdos a favor del progreso beisbolero en el área.

A pesar de esos méritos organizativos y la supremacía en el diamante, en siete de las 12 primeras ediciones, Cuba sufrió un alejamiento desde inicios de los años 60 del pasado siglo, hasta su retorno en 2014, año en el que comenzó una etapa de inestabilidad en cuanto a su presencia.

En los últimos diez años, con otro título y un subcampeonato, la Isla tiene el cartel de invitado, una vergüenza para la organización, pues se trata del país fundador y pieza clave en el desarrollo de la pelota en esta zona geográfica.

Cuba no se alejó ni abandonó la Serie del Caribe, como se ha querido presentar ante el mundo. La alejaron, la sacaron de ella los intereses del Gobierno de Estados Unidos en aquella época, que también son los de hoy. A la Mayor de las Antillas le correspondía, según los estatutos aprobados en 1947, la sede en 1961. Pero, antes, de acuerdo con Fernández y Pérez, y con un documentado artículo basado en las pesquisas de ellos, titulado Vindicación de Cuba en la Serie del Caribe, de Félix Julio Alfonso, presiones del comisionado de Grandes Ligas impidieron que los peloteros estadounidenses vinieran a jugar a la Isla, y que los que lo hacían en los otros tres países, tampoco pudieran viajar a La Habana.

Todo eso ponía en riesgo el certamen, en un contexto de ruptura de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el 9 de febrero de 1961. En una reunión con las naciones miembros de la Confederación, a la que no se invitó a Cuba, con el objetivo de sacar a esta de la CBPC, y arrebatarle la sede, Puerto Rico, Panamá y Venezuela dijeron que sin Cuba no había Serie del Caribe, y se suspendió el evento hasta que Cuba pudiera asistir, y que La Habana fuera la anfitriona. Desde 1961 hasta 1970 no hubo Serie. ¿Saben dónde fue la reunión? En la misma urbe que hoy acoge la justa, porque Estados Unidos no es parte de la Confederación, pero manda.

Las autoridades cubanas garantizaron, para 1961, el éxito económico, es decir llenar los estadios; el deportivo, al convocar a sus mejores jugadores; y la seguridad de todos los que vinieran. Los tres requisitos exigidos se cumplirían.

La prueba de la calidad de la pelota cubana es que, en la que ahora se juega en Miami, hay varios jugadores de la Isla con protagonismo decisivo. Por esos atributos, por méritos históricos y por derecho, Cuba debe estar presente como miembro pleno, y no de invitada. La Confederación de Beisbol Profesional del Caribe lo sabe.

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Pillo Manigüero dijo:

1

9 de febrero de 2024

06:23:41


Al César lo que es del César. A Cuba no hay quien le quite lo bailao.