Solo hay un rey en la Liga: el león

Cuando todo parecía que la mitad de la II Liga Élite se iba con un cuádruple empate en el primer lugar, ahora hay solo uno. Industriales sacó un juego del congelador frente a Artemisa, y es el único dueño de la cima, tras un partido en el que el verdugo azul, Geonel González, lo llevaba por aguas mansas, pero que en el noveno terminó con una súbita y casi inexplicable reyerta en el terreno.

El zurdo Gutiérrez, quien no pierde con los Leones desde la 57 Serie Nacional, según los certeros datos de Arnelio Álvarez, volvió a amarrar cortico a los capitalinos. En seis entradas los dejó sin anotar, con dos ponches, un solo boleto y cinco jits permitidos. Sus relevos, primero Israel Sánchez, y luego, el segurísimo José Ángel García, no pudieron hacer lo mismo. Tampoco Miguel Lahera ante el imprevisto emergente, Yoan Rojas, quien empuñó por el expulsado Yoasniel Pérez.

Lo cierto es que Artemisa llegó con marcador de 4-0 a la última instancia de sus rivales, en la cual seis jits y un controvertido pelotazo que derivó en la desestabilización de los estados de ánimo, fueron la materia prima de las cinco anotaciones ganadoras de los habaneros.

Punto clave fue el jonrón, para empatar a cuatro, de Jorge Enrique Alomá, quien había fallado, consecutivamente, en 14 turnos frente al pitcheo artemiseño. Después vino el jit de Raico Santos ante los envíos de Yan Cabrera, quien le propinó deadball a Oscar Valdés. Automáticamente, el árbitro, Luis Figueredo, expulsó al pitcher, y a partir de ahí se sucedieron los desencuentros en la grama del Latinoamericano.

Sé del rigor de los que imparten justicia, y que impongan la autoridad es no solo correcto, sino también necesario. Sin embargo, cuando se toma la decisión de manera automática, se infiere que hay intencionalidad, máxime cuando las bancas no estaban advertidas de que, si ocurría algo así, se procedería a la salida del lanzador y del mentor. Ese es el punto que no encaja en el discurso del juego, pues la supuesta intención estaría llevando la de la victoria a segunda base, como finalmente ocurrió tras el jit de Rojas, quien, por segunda ocasión consecutiva, sale de sustituto y marca la tarjeta, ahora para decidir.

De cualquier manera, un juego, peleado con un final infartante, y otro como el extrainning en el que los Leñadores dejaron al campo a las Avispas, o el despertar de los Cocodrilos con su cuarta victoria al hilo, firmando la segunda barrida de la campaña, le hace bien a la Liga, para acercarse a su epíteto de Élite.