ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Santiago-2023 también fue una fiesta en las pantallas de nuestros hogares. Foto: olympics.com

Quince días y más sobre Santiago, en jornadas de 24 horas. Los Juegos Panamericanos recién culminados en la capital chilena y otras regiones del país austral llegaron a nuestras pupilas mediante el ingente empeño de Tele Rebelde.

No debemos naturalizar un hecho como este. Cierto es que acorde con el impetuoso desarrollo mediático basado en la ampliación y accesibilidad de las facilidades tecnológicas, los organizadores de los juegos dispusieron, como nunca antes, de robustas herramientas para la captación y diseminación de las señales originadas en los diversos escenarios competitivos. PanamSports cumplió y, según testigos en el lugar de los hechos, el centro internacional satisfizo la mayor parte de las demandas de las televisoras asociadas al megaevento.

Pero cierto es también que ninguna otra señal pública y abierta en el hemisferio, como no sea Tele Rebelde, ocupa la totalidad de la parrilla, de principio a fin, de arriba abajo, para reflejar lo que acontece, sea en vivo o diferido, claro está, privilegiando la actuación de los deportistas cubanos. Tendríamos que subrayar que se trata de una tradición afincada, puesto que con intensidad parecida hemos vivido desde la pantalla doméstica las últimas Olimpiadas y los recientes Centroamericanos de San Salvador, la cual habla de un compromiso con la audiencia y una innegable vocación de servicio social.

La profesionalidad a toda prueba del equipo cubano encargado de la programación –allá en Chile con el veterano Danilo Sirio y Alejandro Lazo a cargo, y la retaguardia insular asegurada– se movió como para no dejar vacíos en el seguimiento de nuestros atletas, aun cuando hubo eventos, los menos, que no originaron señales en vivo. Plantar al camarógrafo todoterreno Antonio Gómez, Premio Nacional de Televisión, en la segunda locación de la lucha, hizo posible no perder ni un detalle de la hazaña del colectivo que desplazó al boxeo como buque insignia del movimiento deportivo criollo. Y para los que echaron de menos el único título no transmitido –formidable el resumen dominical al término del calendario–, el reportaje sobre el laureado tirador Leuris Pupo salvó la honrilla.

Tele Rebelde anotó un tanto adicional, al negociar con Multivisión la salida del llamado clásico de la Liga Española, habida cuenta de la fiebre futbolera entre madridistas y barcelonistas, y hasta en un resquicio de la medianoche entregó el tope entre nuestras balompedistas y las guadalupanas en la Liga de Naciones de la Concacaf. Lástima, por razones ajenas a voluntades deportivas que unos cuantos no quieren ver, la imposibilidad de seguir, como se debe, la actuación de los cubanos en la serie final de la mlb, justo cuando nuestra selección nacional en Santiago tocaba fondo, al punto de desconcertar a aficionados, comentaristas y directivos, que en pantalla se limitaron a balbucear incoherencias.

Esta vez cobró mayor peso en nuestra pantalla el entendimiento de que el deporte, y los juegos múltiples, poseen una dimensión cultural. Más allá de las vistosas ceremonias de inauguración y clausura –si acaso disminuidas por el fichaje comercial de los Tacones rojos, del colombiano Yatra y la escasez de argumentos musicales del dominicano Prince Royal, cuando entre los locales estuvo el inmenso talento de Ana Tijoux, quien en la programación artística paralela denunció la masacre sionista en Gaza–, los reporteros de Tele Rebelde aportaron notas de sumo interés sobre el entorno de los juegos: los escenarios de competencia (incluso aquellos en los que Cuba no se hallaba implicada), la mascota oficial y hasta de una sala especialmente concebida para niños del espectro autista.

Y si de complementación hablamos, el canal de Telegram de Tele Rebelde desarrolló una cobertura ejemplar, a tono con el perfil multimedial que se abre paso con fuerza.

Sobrevendrán ahora los análisis, el saldo de lo que estuvo bien, lo que quedó a medias y lo que se pudo hacer mejor. El reto inmediato pasa por los Parapanamericanos –jamás obviar un suceso de tanto relieve humano–, y desde luego, el beisbol y la Liga Élite; en caer atrás y sacar brillo a un deporte que dista de sus mejores momentos. No olvidemos que el beisbol es parte del alma de la nación, aunque haya quienes hagan todo para que no lo sea.

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Juan dijo:

1

7 de noviembre de 2023

19:18:29


No solamente el béisbol dista, hace muchísimo tiempo, se sus mejores momentos, es en sentido general el Deporte cubano con sus excepciones lógicamente, y eso duele en verdad por Todo lo que se ha "perdido" y tan rápidamente que es lo peor, lo peor es que realmente no se vislumbra un nuevo futuro halagüeño, y por otro lado, a un deporte que no tiene el "total apoyo" que debiera tener pero que resultados le sobran, No transmiten la participación de su principal estrella, claro que hablo del tiro deportivo y de Leuris Pupo..., sobran las palabras.