El león ruge a las puertas de la final

Un sexto inning de cuatro tubeyes y un pitcheo relevo de alta gama para la pelota que jugamos hoy fue lo que llevó a Industriales a poner a las Avispas con sus aguijones a punto de perder el filo. El play off semifinal está ahora 3-1 a favor de los azules, y si los rojinegros no pican tres veces seguidas, los azules no solo serían los primeros finalistas de la 62 Serie Nacional, sino que también regresarían a disputar el título, luego de 13 largos años.

Alberto Bisset, la avispa incansable, había espaciado seis jits en cinco capítulos, pero los Leones lo emboscaron en el sexto con tres tubeyes, y un cuarto frente a Yosmel Garcés, quien vino a su rescate. Eso fue más que suficiente para la victoria azul, pues el alto mando capitalino le echó mano a su bullpen, y este le respondió con eficacia.

Frank Ernesto Herrera trabajó en tres completos, aceptando dos jits, con un ponche y sin embasar a nadie, para merecer la victoria, en una labor de contención de mucha importancia, hoy subestimada, pero que gana campeonato. Su faena permitió que el cerrador, Juan Xavier Peñalver, viniera solo para un acto, con sus rectas de humo.

Fue un partido tenso, vivido con frenesí en las graderías del Latinoamericano, cual mosaico cultural y nacional, que expresó desde sus gargantas toda la emoción que se respiraba en el terreno.

Párrafo aparte para los jugadores de los dos bandos, porque, insistimos, sin ser los peloteros que les dieron brillo a estos dos pabellones insignes de la pelota cubana, han asumido, como aquellos, el clásico nacional. Ellos, pese a cualquier desliz, no han defraudado. El juego de anoche, por la mínima, es digno de esa rivalidad.

Hoy, y cada vez que salga Santiago de Cuba a la grama, será a todo o nada. No tiene mañana, el juego que tiene que ganar es el del día. Creo que este viernes cuenta con mejor pitcheo para enfrentar la alta demanda, pues Wilber Reyna es una opción de calidad, frente a un posible Marcos Ortega en la lomita local.

Mañana regresarán Cocodrilos y Leñadores, esta vez en el bosque tunero, en el cual es casi imposible vencer a los del Balcón del Oriente y, a todas luces, parece que la batalla será en la tarde noche. El alumbrado del Julio A. Mella es una realidad.