Nacido para volar

Cuando el ucraniano Serguéi Bubka impuso el récord mundial de salto con pértiga –tanto bajo techo, de 6,15 metros (1993), como al aire libre, de 6,14 (1994)–, Armand Duplantis no había nacido.

El récord de Bubka se había convertido en obsesión para los pertiguistas, pero nadie se le acercaba. El francés Renaud Lavillenie despuntó como el único capaz de lograrlo y lo consiguió en la ciudad de Donetsk en 2014, con 6,16, justo en el mismo escenario donde Bubka registró los 6,15. Sin embargo, Lavillenie no ha podido sobrepasar los 6,05 al aire libre.

Duplantis, la estrella del atletismo sueco y mundial nació en 1999, y desde edades tempranas comenzó a batir marcas en las distintas categorías infantiles y juveniles.

En el Campeonato Mundial de Doha-2019 ganó medalla de plata y luego su ascenso ha sido imparable. El año 2020 fue mágico para él, en febrero rompió dos veces la plusmarca del orbe con apenas una semana de diferencia. Primero lo hizo en Torun, Polonia, al pasar la vara sobre 6,17; más tarde en Glasgow, Reino Unido, al subir un centímetro más. En septiembre impuso 6,15 al aire libre, dejando atrás los 6,14 de Bubka.

Al récord absoluto de 6,18, le siguieron los 6,19 y los 6,20 conseguidos en Belgrado, el segundo bajo el marco del Mundial indoor. En Oregón, cita del orbe al aire libre, se despidió con 6,21 y ahora cerró la temporada invernal con un soberbio 6,22 en la lid All Star Perche, en la localidad francesa de Clermont-Ferrand.

Duplantis fue el único en pasar los seis metros en la campaña recién finalizada. Empezó con 6,10 en Uppsala, 6,06 en Berlín y 6,01 en Liévin, eventos en los que intentó superar los 6,21.

En esta última oportunidad, arrastró un fallo sobre 5,91 y saltó con amplitud los 6,01 que le daban el título. Sabiéndose campeón intentó su récord. Tras dos faltas, al tercer intento voló para elevar más su leyenda. Por el momento, el límite de Duplantis es el cielo.