Bryan Camino es el jugador que, por su baja estatura (1,84 metros), cualquier director técnico de equipo lo rechazaría, en esta época de gigantes en la cancha de voleibol.
Pero a ese mismo muchacho le dieron la oportunidad de jugar, en la reciente Copa Panamericana Sub-21, en La Habana, y se hizo de la plaza de atacador auxiliar, siendo imposible enviarlo al banco. Terminó incluido en el Todos Estrellas en el ataque (55,08 % de efectividad), y cuarto entre los máximos anotadores, con 87 puntos.
Como él mismo dice: «Nacido y criado desde el 23 de febrero de 2003, en la barriada de Luyanó», sitio proveedor de voleibolistas que hicieron historia. Por estos días, Camino está junto al cuadro juvenil en una visita a Camboya, donde entrenan y efectúan un tope amistoso.
«Desde los siete años practico el voleibol, fui motivado por mis primos. Nunca estuve en otra disciplina, aunque me gustaban el fútbol y el baloncesto. Gané el puesto en la Copa Panamericana Sub-21, porque me esforcé en los entrenamientos y he desarrollado habilidades que uso para evadir el bloqueo alto. Es cierto que poseo una gran saltabilidad, pero confío más en mi fortaleza física», aseveró Bryan.
Sobre el tema de su baja talla, explicó que «su tamaño ha creado muchas dudas en los técnicos; sin embargo, cuando ven que ataco igual, y hasta mejor que un hombre de dos metros, me aceptan. Esa cualidad la probé al subir a prepararme en la preselección nacional de mi categoría, primero como líbero, y después pasé a ser auxiliar».
El joven agradece el apoyo incondicional de su mamá, siempre a su lado, «aunque el resto de la familia ha ayudado mucho. Mis allegados saben que mi vida no ha sido color de rosa, pero con interés y entrega he ido venciendo obstáculos, hasta hoy, que me siento realizado con lo hecho en la Copa Sub-21. Seguiré adelante, porque deseo representar a Cuba en un Campeonato Mundial o Juegos Olímpicos».
Siente simpatía por Miguel Ángel López, a quien los brasileños le pusieron el sobrenombre del cubano volador. «Él es de baja estatura, igual que yo, aunque explosivo y fuerte, demuestra sus grandes condiciones, porque la estatura no hace el juego».
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