Yampier como el buen vino

Pinar del Río.–Yampier Rodríguez hace historia en cada salida a la cancha. A sus 45 años, es el jugador de más edad en el fútbol cubano y un verdadero ejemplo de entrega y voluntad.

Cuenta que comenzó a practicar a los nueve años, después que los profesores le dijeron que no tenía estatura suficiente para el beisbol, y que en su carrera ha tenido la dicha de realizar su sueño: llegar a un Mundial con el equipo Cuba y marcar un gol.

En 2004 fue su primera incursión mundialista (Taipéi de China), con la selección nacional de fútbol sala, y en 2008 (Brasil) repetiría la experiencia.

De los ocho años que militó en el equipo nacional guarda recuerdos imborrables, como aquel partido crucial ante Panamá, en 2008, que le daría a los suyos la clasificación al Mundial, en el que decidió seguir jugando a pesar de una lesión, y solo vino a confesar el dolor en su rodilla cuando sonó el silbatazo final.

Dicen que vive para el fútbol. Por ello, tras su salida de la selección nacional, con 35 años cumplidos, en vez de optar por el retiro, decidió seguir representando a su provincia en los torneos de futsal y sumarse al equipo de fútbol 11.

En una demostración impresionante de consagración, ha competido durante la última década en ambos deportes, en los que ha vivido la emoción de marcar goles y ser campeón.

«Desde 2012 he estado participando en los dos, gracias a que no coinciden en fecha».

El secreto para mantener la forma a pesar de su edad, confiesa que está en «las ganas de seguir jugando y de seguir aportándole a la provincia, lo mismo dentro que fuera de la cancha». Además, en la férrea disciplina que ha mantenido a través de los años. «Yo voy al gimnasio todos los días, aunque tenga entrenamiento después».

Entre los momentos más importantes de su carrera, señala su participación en dos mundiales y en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, en 2007.

También los dos títulos nacionales de futsal con Pinar del Río y el del torneo de Apertura de fútbol 11, conquistado contra todo pronóstico en 2019.

Sin embargo, hay algo que aprecia tanto como el más valioso de sus trofeos: la oportunidad que le ha dado la vida de compartir equipo y jugar, desde 2019, junto a su hijo Ronaldo.

«Esto es algo que nunca pensé que me podría pasar. Se dio y ha sido algo bonito que me llena de orgullo».

Dentro de la selección pinareña es reconocido por su talento y su experiencia. «La mayoría de los muchachos me dice profe, en lugar de mi nombre, y yo les doy consejos y los ayudo, como si fuera un entrenador más».

Convivir a los 45 años con atletas que tienen la mitad de su edad, no es sencillo. «Se requiere mucho sacrificio para estar al nivel de sus habilidades».

Cuando viaja a otras provincias, una parte del público suele gritarle de manera irrespetuosa. «Me ofenden mucho. Me dicen que soy un viejo. Pero cuando entro a la cancha me concentro tanto que apenas los escucho, y me esfuerzo para hacerlo bien y callarlos con mi juego».

En la actual Liga Nacional de Futsal ha vuelto a ser el mayor goleador (siete) de Pinar del Río, y una pieza imprescindible para el equipo en sus aspiraciones de luchar nuevamente por el título.

A pesar de los años asegura que cuando uno ama lo que hace nunca deja de soñar, y que aunque ya lo ha logrado antes, no quiere retirarse sin volver a ser campeón.