ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Osvaldo Abreu. Foto: Ricardo López Hevia

Yara, Granma.–Cuando el pasado día 28 de junio, sobre la grama del estadio bayamés Mártires de Barbados, Osvaldo Abreu Sánchez conectó el jit de «oro» que empató el dramático sexto partido de la gran final de la pelota cubana entre los equipos de Matanzas y Granma, el carismático tercera base de los campeones nacionales sabía que había dado la conexión de su carrera.

«La jugada aparentemente no definía nada porque solo empataba el juego, pero yo sabía lo que eso significaba para los muchachos; estábamos perdiendo la serie 3 a 2, y al ver la reacción de la afición, y cómo se levantaron mis compañeros de la banca, me dije: ahora sí ganamos el campeonato», reveló a Granma, desde su pequeño apartamento ubicado en el municipio de Yara. El también segundo madero de los Alazanes fue elegido el jugador más valioso (MVP) de la recién finalizada 61 Serie Nacional de Beisbol (SNB).

Allí, tras ser sorprendido por este diario en plena faena hogareña, «Pica Pica Abreu», como lo bautizó el narrador Pachi Espinosa, confesó que «en el terreno hay que chocar la bola, y en la casa ayudar en la cocina».

Sin embargo, su mayor pasión se puede adivinar apenas se traspasa la puerta de su hogar, donde en un sitio privilegiado de la sala, relucen cual trofeos de vida, empotrados en la pared, un bate y una pelota de beisbol. Abreu los miró y volvió a sonreír. «Mi pasión por este deporte viene desde que era un chama», dijo.

–¿Toda tu carrera ha sido el beisbol?

–No, qué va. Aunque yo jugaba pelota desde chiquito, primero pasé por voleibol, atletismo y hasta por boxeo, en el que me dieron un golpe de nocaut que no me gustó, y de ahí me fui al beisbol.

«Al equipo de Granma llegué en la 50 SNB, después de haber pasado por las categorías inferiores. Recuerdo que la primera oportunidad al bate me la dieron en el partido número 45 de la etapa clasificatoria, y la suerte de principiante me acompañó, porque le conecté un jit al destacado pitcher espirituano Ismel Jiménez.

«Luego, en la series 51 y 52 no hice equipo, y me reincorporé en la 53, aunque no jugué mucho porque en ese tiempo en los Alazanes había varias figuras. Realmente fue en la serie 56, bajo la dirección de Carlos Martí, que comencé a jugar como regular».

–A pesar de que fuiste creciendo dentro del equipo, con tu buen promedio de embasado y la labor defensiva en el tercer cojín, no fue hasta la 60 SNB que jugaste en play off, ¿por qué?

–Es cierto, a pesar de mis buenos resultados antes del play off de la 56 SNB me lesioné, y el profe Carlos escogió a Yunior Paumier (Holguín) como refuerzo, y algo similar me ocurrió en la serie 57, cuando me volví a lesionar y tampoco pude estar en la postemporada, por lo que mi posición la defendió Raúl González (Ciego de Ávila).

«En la 60 SNB no se usaron refuerzos y fue mi oportunidad para darme a conocer en play off. Esa es una etapa difícil, en la que crece la presión, pero salí a jugar mi juego, y no me puse grandes metas, porque si no, no me hubieran salido las cosas.

«Además, cada partido es el que te va pidiendo lo que tienes que hacer, si tocar la bola, o tratar de impulsar, o “luchar” un boleto».

También se habla mucho de tu espíritu alegre y del título que te has ganado de «bujía inspiradora» de los Alazanes.

–Siempre voy con mente positiva al juego y trato de divertirme. Nunca pienso cosas como este pitcher me domina. Eso no. Incluso, algunos compañeros me han dicho: tú hasta con dos strikes y cero bolas sigues risueño en el home, y yo les digo: claro, eso desestabiliza al lanzador, que se debe preguntar, ¿y ahora qué le tiro a este si ya lo tengo en el «hueco» y se está riendo?

–Veintiocho jits, nueve carreras impulsadas y un average por encima de 400, en la final contra Matanzas, te merecieron el mvp de la 61 SNB. ¿Soñaste alguna vez con ese reconocimiento? 

–Esa noticia me sacó las lágrimas porque el único resultado al que yo aspiraba era a ganar el campeonato. Además, para mí las metas personales son muy buenas, pero cuando tú logras algo en colectivo es mucho más emotivo.

«Por eso ser el MVP de la serie nunca me pasó por la cabeza. En los dos equipos había jugadores con mérito para ello, como Mujica, Arruebarruena, Benítez, Avilés, Prieto... Yo solo buscaba embasarme todas las veces posibles, porque sabía que detrás de mí venía Avilés, con su fuerza para empujar y yo anotar».

A tus 31 años y diez SNB nunca has sido seleccionado para formar parte de un equipo Cuba en un evento de rigor…

–Esa es la mayor aspiración que tiene un atleta, y aunque a veces frustra que no te tengan en cuenta, confío en que en todo llega.

–¿Qué significa Carlos Martí?

–Mucho. Fue el que me abrió las puertas cuando nadie sabía quién era, y me dio la confianza para desarrollarme. Además, debo decir que mi puesto en el equipo me lo tuve que ganar en el terreno, eso también se lo agradezco.

–¿Cómo es la relación con la afición?

–Me ha sorprendido el cariño del público. Me gusta sentirme parte del pueblo, por eso salgo y converso con la gente; y si es hablar de pelota me encanta, lo que siempre con respeto.

–¿Qué sigue ahora?

–El objetivo inmediato es lograr una buena actuación de los Alazanes en el certamen de Holanda, y la otra es poder integrar una preselección nacional.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.