Cuando terminó el primer juego de la final entre Granma y Matanzas, el mentor de los campeones defensores, Carlos Martí, soltó una sentencia en medio del jubileo de la afición y de su propio equipo por el triunfo inicial, con desproporcionado marcador de 13-6. «Esta no será la tónica del play off».
En menos de 24 horas, la profética frase fue una realidad. El segundo partido, en la jornada de hoy, fue un interesante y bonito duelo de lanzadores a cargo de los zurdos Yamichel Pérez, por los yumurinos, y Leandro Martínez, por los granmenses. Ambos se mantuvieron el mismo tiempo en el montículo: durante seis y dos tercios, es decir, les faltó un out para completar el séptimo acto.
Es cierto que Pérez transitó con más dominio los pasajes del partido, pues tuvo mejor control de sus comandos de pitcheo, poniendo la bola donde más le dolía a sus oponentes. Sin embargo, tenía la tensión de que su equipo, aun cuando amenazó desde la primera entrada, no cristalizaba en el marcador, entre otra cosas, porque Martínez, en todos los innings, menos en el segundo siempre sacó los dos primeros outs de cada episodio.
El yumurino toleró cinco jits, ponchó a cuatro y boleó a dos, mientras su rival aceptó seis incogibles, retiró a tres por la vía de los strikes y concedió cinco boletos. Ambos cumplieron con su objetivo de hacer caminar el juego, llenando de ceros la pizarra del bayamés Mártires de Barbados.
Fue un encuentro que, a partir de la autoridad de los abridores, estaba cantado que se decidiría con los efectivos del bullpen, lo que —teóricamente— favorecía a Granma por su mayor solvencia en esa área. Pero lo previsto por el mentor de los Cocodrilos, Armando Ferrer, era la presencia de Noelvis Entenza y este le volvió a responder.
Cuando Yamichel Pérez tiró el wild en el séptimo, con Alexquemer Sánchez, el alazán de desboscó hacia tercera a donde llegó por su velocidad y se coló en home por un error del receptor Roberto Loredo en un tiro innecesario a la antesala, pues ya ese cojín pertenecía al corredor.
Con el choque por 1-0 a favor de los Alazanes, Yadir Drake recibió boleto de manos del relevista Kelbis Rodríguez, y tras fallar Camero en elevado al central, Armando Ferrer envió al zurdo Yariel Duque de emergente por William Luis. Rodríguez, quien estaba más preocupado por el corredor de primera, no pudo dominar al emergente que le pegó doble, y como Drake había hecho su función, llegó cómodo a home con el empate. La pelota, que sabe recompensar, le dio la oportunidad a Loredo al pegar línea al centro del terreno, fletando la decisiva de un partido que él mismo había puesto en riesgo.
En el noveno, tres imparables, entre ellos un doble de Erisbel Arruebarruena, más dos bases (una intencional) le dieron dos más a los de la Atenas de Cuba. Pero Granma, a falta de tres outs para a caer, vino con Sánchez y su segundo inatrapables al jardín izquierdo, en tanto David Tamayo lo imitó con línea al derecho. Sin outs, y en turno Yulián Milán, el profesor Carlos Martí, le dio el bate a Lázaro Cedeño en sustitución de su torpedero.
«Creo que fue una decisión correcta, buscamos el empate con un solo hombre de fuerza. Si hubiera dado jonrón todo el mundo diría que fue una buena jugada», así respondió el director de los Alazanes a la pregunta de la periodista de este diario, Maylenis Oliva Ferrales sobre el resultado de esa movida, que terminó en doble play.
Es cierto que muchas decisiones se juzgan por el resultado y no por las razones que llevaron a que se tomara. En mi opinión, aunque Cedeño hubiera dado jonrón, la jugada, por lo menos, es controvertida. El fornido emergente sí, tiene poder, pero viene del banco, no ha sido titular en la campaña, y se le pedía lo más difícil de un juego de pelota: un jonrón, que por demás, no resolvía el desafío, habría que seguir jugando. A a nuestro modo de ver la presencia del sustituto incrementaba la posibilidad de doble play, y con ella se cercenaba el inning
En cambio, Milán es un bate de más contacto, con más recursos y lo ha demostrado en la postemporada. Creo que a Granma le hacía falta, en ese momento, acumular hombres en circulación para un posible racimo decisivo. Insisto, no calificó lo decidido ni de bueno ni de malo, pero sí de controvertido, desde el punto de vista de las probabilidades, y el beisbol es un juego en que ellas pesan tanto como una recta de más de 90 millas.
De cualquier forma estamos hablando del noveno inning, y como dijo el propio Martí, «no es que no hayamos bateado, es que el pitcheo del adversario fue excelente, Pérez estuvo muy bien y Entenza lo mismo. Y a nosotros el bullpen no nos trabajó bien, esas fueron las claves del partido», dijo, y tiene razón, porque todo eso ocurrió antes del último capítulo.
Yadir Drake dijo a la prensa que estaba pendiente de una llamada con su equipo de Leones de Yucatán para poder jugar el tercer y cuarto juego en los predios del Victoria de Girón, de Matanzas. Él afirmó que existen algunas posibilidades de que eso se haga realidad.
Lo cierto es que este pelotero cambió la disposición de sus compañeros en el terreno. Un líder, aunque no de jits, es decisivo. Por ejemplo, él, sin haber marcado en esa casilla en el triunfo, anotó dos de las cuatro de los matanceros. También tuvo palabras de elogio para el receptor Roberto Loredo: «Está haciendo un gran trabajo, sustituyendo al titular de la posición, y hoy lo vemos dándonos la victoria con su jit de oro, me siento orgulloso de él».
Para el tercer cotejo, el martes próximo, Carlos Martí dijo que Joel Mojena será el abridor y su rival, según el profesor Ferrer, el zurdo Dariel Góngora.
Estadio Mártires de Barabados C H E
MTZ 000 000 022 4 11 1
GRA 000 000 10x 1 8 1
G: Noelvis Entenza (5-7). P: Carlos Santana (3-2)




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