ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Yorelvis intercambia criterios con Isaac Martínez Foto: Alejandro García

No me gustaba ver jugar a Yorelvis Charles Martínez. Iba al cajón de bateo, cabizbajo, con la parsimonia de quien no quiere llegar; le daban un bolazo y salía, inmutable, para la primera base. No miraba al lanzador, no le decía nada, no le importaba el dolor, ni el golpe. ¡Y uno recomiéndose el hígado en las gradas!

«¡A ese no le corre sangre por las venas!», pensaba cuando lo veía conectar jonrón o cuando no impulsaba a un compañero en posición anotadora, cuando se ponchaba, o cuando se le tiraban, fuerte, ¿y él?, daba la espalda, cabizbajo, como si nada. ¡Y uno recomiéndose el hígado en las gradas!

Sin embargo, cuando el número Uno de los Tigres dejó los diamantes, tras 1 537 partidos jugados, sentí que se marchaba uno de los peloteros más grandes de Ciego de Ávila, al menos, el avileño de promedio más elevado (314) en 21 Series Nacionales, el de más hits conectados (1 727), el que conquistó el campeonato de bateo (387) cuando se acabó el imperio del aluminio y regresó el bate de madera.

Y ahora uno lo ve salir del dogouts, después de dejar a un lanzador más de lo necesario encima del box o de no hacer el cambio en el momento oportuno u ordenar una que otra jugada dudosa; uno lo ve con la misma parsimonia después de que su equipo perdiera tres partidos seguidos por lechada a mano de Sancti Spíritus e hilvanara una cadena de 12 derrotas en los últimos 14 juegos y vuelve a recomerse el hígado… y vuelve a recordarlo.

—¿En qué se parece el Yorelvis director al Yorelvis jugador?

—El jugador fue muy disciplinado. Lo daba todo por su equipo, por su provincia, por respeto al que asistía a los estadios; fue un atleta muy flemático que trató de dar lo mejor en cada salida al terreno.

«El Yorelvis director se parece al Yorelvis jugador, porque uno tiene que tomar decisiones, sin apresurarse. El béisbol es un deporte muy táctico. Cada decisión uno debe tomarla en el momento correcto».

—¿Crees que las cosas te han salido mejor o peor que lo que pensaste al inicio?

—Me han salido muy bien, mejor de lo que pensé en los inicios, gracias a los muchachos, los máximos responsables de los triunfos. Desde un primer momento nuestro equipo se preparó muy bien en el plano físico, técnico y sicológico, por más de 12 semanas. Hemos estado siempre entre los cuatro o los cinco primeros lugares y, últimamente, hemos alternado en la cima y eso ha sido gracias al formidable trabajo de los atletas, del preparador físico José Ramón Gayón y del entrenador de bateo Isaac Martínez.

«También ha influido la perseverancia, el deseo de ganar y las garras de los Tigres. Por eso estamos donde estamos».

—¿Con qué armas dispones para enfrentar la próxima etapa?

—Nuestro plato fuerte es la ofensiva de largo alcance. Somos un equipo lento, y eso no nos permite poner en práctica determinadas acciones tácticas. Nos hemos preparado para una batalla campal y larga, pero lo principal es que somos una gran familia y de ella han salido los triunfos.

—¿Qué necesitarías para redondear el equipo?

—No necesito nada. Son los que están y con esos guerreros saldremos a ganar cada partido. Lo único que les pedimos es que salgan al terreno concentrados en lo que tienen que hacer y que lo den todo, que hay un pueblo que los aplaude, los quiere y, cuando nos lo ganamos, también nos critica.

—¿La ausencia de Yorbis Borroto, el torpedero y capitán del equipo?

—Es una ausencia muy sensible; un atleta consagrado y de mucha vergüenza deportiva, entregado al máximo y no estará en la postemporada. A quienes les toque asumir: Michel Arteaga, o cualquier otro que pase por la posición, esperemos esté bien preparado para cumplir.

—Una baja en el pitcheo, en el bateo, casi un slump colectivo al final. ¿No es para preocuparse?

—Nosotros sabemos que nuestro pitcheo no es el mejor, pero con ellos tenemos que seguir. No nos queda de otra. Tenemos lanzadores de experiencia y otros muy jóvenes que mucho nos pueden ayudar. En ellos confiamos para lo que se avecina, que no será una tarea fácil. Si hubo una racha adversa en los finales, también ocurrió una positiva a lo largo de todo el calendario.

 —Algunos «superoptimistas», entre los que no me encuentro, piensan que los Tigres pueden discutir el campeonato. ¿Cuál es su apreciación?

—Desde un primer momento hemos estado en función de ir por pasos: clasificar, pasar a la segunda ronda y vencer obstáculos. Si nosotros ganamos los partidos en el terreno de pelota, si cerramos las brechas y nos entregamos al máximo, podemos discutir el campeonato, ¿por qué no?

«Sobre si era preferible tal o más cual equipo, decirte que los Tigres no escogen rivales. Uno tiene que estar preparado para enfrentar al que le toque. Estamos bien enfocados en los juegos que se avecinan y vamos a dar guerra».

Y uno le pidió la entrevista a Yorelvis en medio del slump colectivo de hace unos días. Y te dice que sí, con 27 ceros en contra y uno recomiéndose el hígado por el resultado en el terreno. Ojalá todo sea bien diferente a partir de esta próxima fase, al menos, para no recomerse el hígado.

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