ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ricardo López Hevia

«Jamás he pensado en el retiro; más bien, a uno le cuesta trabajo acostumbrarse a ver los Tigres desde la parte de afuera de la selva», nos dijo hace un tiempo, cuando todavía era veloz, exhibía su potente brazo derecho en un tiro a home o cuando con un batazo cambiaba la decoración de un juego.

Yoelvis Fiss Morales, por admiración, y porque lo demostró, es de los mejores que ha pasado por los diamantes beisboleros de Ciego de Ávila y de Cuba. Otros pudieran pensar diferente, pero nosotros creemos que ha sido el jugador de más protagonismo en las tres coronas de los Tigres.  Las estadísticas de Benigno Daquinta Rico lo incluyen entre los cuatro jugadores que en series nacionales conectaron más de 50 triples, más de 200 jonrones y más de cien bases robadas, detrás de Omar Linares, Yulieski Gourriel y Fernando Sánchez.

Con los Tigres, además de las tres coronas, logró dos segundos lugares y una medalla de bronce.

–¿Cómo lograste ser de los mejores bateadores en los play off?

En la caja de bateo me concentraba al máximo, cualquiera fuera el partido, pero mentiría si digo que mi ofensiva en los play off fue por esto o por lo otro. Sí puedo afirmar que me gustaba jugar esos partidos. Me sentía a gusto. Y si había mucho público, mejor.

–Aquellos 81 ponches que te propinaron en tu primera Serie Nacional hicieron que algunos técnicos dudaran…

¡Hasta yo! Dicen que lo que bien se aprende no se olvida, pero batear una pelotica que «viene a mil» nunca será fácil. Es necesario hacer muchas repeticiones en las prácticas y yo había dejado de hacerlas durante más de 30 meses, después del Servicio Militar. Tengo que agradecerle a la mayoría de los entrenadores de aquí. Recuerdo mucho a Ulises Jardines y a Pedro Gayón, insustituibles.

–Imaginamos que hubo serpentineros que te resultaron difíciles…

Todos lo fueron. Ya te dije lo difícil que es batear., pero el villaclareño Yolexis Ulacia, «Machete», para mí era un veneno.

–Eras un buen bateador de rectas…

En mis primeras series tuve que enfrentar un vendaval de curvas. Los pitchers vieron que me hacían daño y me tiraban pocas rectas. Los entrenadores me decían que me quedara atrás, pero yo no lograba calmarme en la caja de bateo. Poco a poco me convertí en bateador de rectas.

–Muchos aficionados y entrenadores decían que eras el nuevo Miguel Cuevas. ¿Por eso seleccionaste el número 13 para ti?

Aquello fue el primer premio que obtuve en la pelota. No obstante, mi primer número fue el 44 y, un buen día, me gustó el 13 y lo llevé, pero no fue por esa comparación con Cuevas.

–¿El momento más feliz o los más felices en el beisbol?

Fue en el estadio José Ramón Cepero, en la semifinal de 2011 ante Granma. Llegamos al onceno inning empatados a cinco. Disparé jit, robé segunda, el tiro se metió en los jardines y, al llegar a tercera, el coach me dijo que siguiera, y llegué, fue la gloria.

Jugó con la pasión de un furibundo enamorado de este deporte, del que se retiró este miércoles. «Amé y amo este deporte como pocos imaginan. Para mí el beisbol nunca fue cosa de juego».

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Eddy Cruz dijo:

1

22 de marzo de 2022

00:28:13


Formidable pelotero , de los grandes bateadores que han pasado por SN y también un buen defensor , mereció estar en el Cuba mucho tiempo.