No entramos por el aro ni por la ventana

Un desenlace que deja a Cuba fuera de la Copa del Mundo de 2023 y una aclaración necesaria dejó la noche del domingo en la ventana de FIBA América, en la cual la Mayor de las Antillas va última, sin victorias, a falta de dos partidos. Aun cuando le gane a México y a Estados Unidos, no le alcanzaría para continuar.

La segunda derrota ante Puerto Rico (65-62) el domingo, tuvo el contraste de una mejoría de la defensa, pero con automatismos ofensivos que dejaron al quinteto sin creatividad ante el aro. Pero el punto que frustró la aspiración pasó por los 17 tiros libres, de los cuales encestaron siete, para un anémico 41,2 %. Habría que sumarle las constantes pérdidas de balón en las transiciones ofensivas.

Hombre por hombre, el elenco boricua es similar al de la Mayor de las Antillas, la diferencia radicó en que supo manejar los tiempos del partido, mantener la calma en situaciones claves y cumplir la estrategia del cuerpo técnico.

Por Cuba el talento está, las condiciones físicas son idóneas para tener un plantel competitivo y hay una mejoría en los porcientos de campo. Pero el fundamento técnico-táctico, la presión sicológica y la falta de química en la cancha continúan lastrando los resultados.

Sobre la ausencia del jugador nacido en Cuba y con residencia en Puerto Rico, Ismael Romero, máximo anotador del partido anterior entre ambas formaciones (69-60), el director de operaciones del equipo de Puerto Rico, Alfredo Morales, aclaró que no han culpado a Cuba por ese motivo. «Él debía entrar con su pasaporte cubano actualizado, algo que contrató con una agencia y no se materializó a tiempo», dijo.

En su cuenta de Twitter, Romero expresó: «Quiero aclarar que el consulado cubano me brindó variantes para mi entrada a Cuba, en ningún momento me negaron la entrada a mi país, simplemente tuve una situación con la agencia donde solicité mi pasaporte. A todos los medios que están publicando, sin conocimiento del daño que puede hacer esta situación, deténganse, porque realmente Cuba, el Inder, y la oficina consular en Estados Unidos, dieron un paso al frente por ayudarme».