Es inusitado, acordar, con tantas horas que tiene el día, levantarse minutos antes de las seis de la mañana para conversar con una joven de 19 años, pues una hora más tarde ella toma su bote para ir a entrenar.
La guantanamera Yarisleidis Cirilo ya está acostumbrada a esos amaneceres, porque es mejor recorrer los kilómetros de preparación con la fresca del día, pues el rendimiento es mayor y el sol no castiga tanto.
–¿Quién la convenció para practicar el canotaje?
–No hizo falta que alguien me convenciera, en realidad yo tenía curiosidad por conocerlo. Siempre me han gustado los deportes, mi mamá me peguntaba qué quería ser cuando fuera grande y yo le contestaba que deportista. Y así comencé el 2 de septiembre de 2015, en la academia náutica de Guantánamo, en el municipio de Caimanera.
Se nota desinhibida, campechana, contesta con rapidez y claridad.
–¿Cómo considera su temperamento?
–Bueno, a veces tranquila, otras no tanto, pero aquí hay que dominar los nervios en función de un resultado. En realidad, la mayor parte del tiempo estoy intranquila, aunque me domino cuando compito.
–Antes del reciente Mundial de Dinamarca, ¿tenía otros éxitos?
–Sí, en la Copa Mundial de Hungría gané plata en c-1 a 200 metros y bronce en 5 000. En Rusia, oro en 200 del single, y bronce en el c-2 a 500, con Katherin Nuevo.
–¿Desde cuándo formas tripulación con ella?
–Durante los Juegos Escolares de 2016, celebrados en la presa Alacrán, en Villa Clara, hicimos una competencia a modo de exhibición e hicimos el binomio. Hemos continuado juntas y luego, en 2018, llegamos a la selección nacional como una dupla oficial.
–¿Qué piensa del resultado en el Mundial de Dinamarca?
–Estoy contenta y triste a la vez, porque la plata en el c-2 a 200 metros fue un gran resultado, pero no lo protestamos, aun cuando en el photofinish se ve que entramos primeras. También obtuvimos el bronce en c-2 a 500 metros. Son dos victorias muy alentadoras para competidoras tan jóvenes como nosotras.
–¿Y ahora un descanso?
–¡Qué va!, están los Juegos Panamericanos Juveniles, en Cali, Colombia, para los que estamos preparándonos.

















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