Agosto nos regaló un calendario repleto de deportes. Primero los olímpicos, y luego los paralímpicos, nos pusieron a correr, saltar o a lanzar, y ahora, a los amantes del mundo atlético, nos queda una sensación de vacío.
Les propongo que, así como los deportistas bajan sus cargas tras el esfuerzo final, hagamos algo parecido: mantenernos conectados con las canchas, pero sin la intensidad competitiva. Les sugiero un interesante tema, a propósito de lo vivido. ¿Hay deportistas que hayan competido tanto en Juegos Olímpicos como en Paralímpicos?
Pues sí, son 14, desde que la arquera neozelandesa Neroli Susan Fairhall se inscribiera y participara en la lid bajo los cinco aros de Los Ángeles-1984, en la cual finalizó en el puesto 35.
De ese grupo, solo uno, el húngaro Pál Szekeres ha podido conquistar una presea en cada competición. El esgrimista comenzó su andar olímpico en Moscú-1980, pero no fue hasta Seúl-1988 que conquistó el lauro de bronce en la modalidad de florete por equipos. Se centró entonces en Barcelona-1992, y ni siquiera un fatídico accidente de tránsito lo apartó de sus aspiraciones en la ciudad condal. Allí se inició como paraesgrimista, en silla de ruedas, y como campeón paralímpico, lo cual repetiría dos veces más junto a otros tres premios de bronce.
La italiana Paola Fantato compitió durante 16 años, desde Seúl-1988 hasta Atenas-2004, en los Paralímpicos, pero su mérito es que fue la primera en actuar en los Olímpicos en Atlanta-1996.
Mientras, la belga Sonia Vettenburg fue la segunda paradeportista mujer en intervenir en los Olímpicos. En Barcelona-1992 quedó en el lugar 42. Antes, en los Paralímpicos de Los Ángeles-1984, había sido plata en la pistola de diez metros, y en Seúl-1988, en la misma prueba, resultó campeona.
En los Juegos de 1992 y 1996, la estadounidense Marla Runyan se colgó cinco oros paralímpicos, y en Sydney, prácticamente sin visión, fue octava entre las atletas convencionales, convirtiéndose en la primera paralímpica en una pista olímpica.
Sensacional también es la historia de la polaca Natalia Partyka, a quien vimos en Tokio, otra vez ganadora en el tenis de mesa. Ella es la única en competir en ambos Juegos durante cuatro ediciones consecutivas.
Natallie du Toit, la nadadora sudafricana, fue la primera, y hasta ahora única, en portar la bandera de su país en las ceremonias de apertura de las dos convocatorias, en Beijing-2008.
La italiana Assunta Legnante se inició como atleta olímpica en impulsión de la bala, pero al deteriorarse su visión debutó en los Paralímpicos de Londres-2012, con récord mundial.
La discóbola alemana Ilke Wyludda participó bajo los cinco aros en Barcelona-1992; en Atlanta-1996, donde ganó el oro, y en Sydney-2000. En 2011 se retiró del deporte activo, pero tras un proceso infeccioso le amputaron una de sus piernas y se estrenó en los Paralímpicos de Londres-2012.
Zahra Nemati, de Irán, empezó en el taekwondo. Sin embargo, como atleta paralímpica lo hizo en el tiro con arco, en Londres-2012, donde fue campeona y compitió entre los convencionales en Río de Janeiro-2016.
La tenista australiana Melissa Tapper se inscribió en las dos lides en Río de Janeiro y en Tokio-2020. La también tenista de mesa, Sandra Paovic, fue olímpica en 2008 antes de ser la reina de Río de Janeiro entre las paralímpicas.
Pepo Puch participó en la equitación de Atenas-2004 y luego, en 2012, entre los paralímpicos. Y el sudafricano Oscar Pistorius, de primer atleta amputado en participar en unos Olímpicos (Londres-2012), pasó a la historia por el tristemente célebre asesinato de su esposa, por lo cual guarda prisión por 17 años.
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