ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Mijaín López encabezará el equipo de lucha en Tokio. Foto: Ricardo López Hevia

Cuba no renuncia a mantenerse entre los primeros países del medallero en los Juegos Olímpicos, para lo cual llegará a Tokio el próximo mes con una delegación que rondará los 75 atletas. Eso quiere decir que tal propósito requiere de una alta eficiencia competitiva, justo en uno de los momentos más críticos, no solo para el deporte, sino para toda la sociedad, debido al recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, la situación epidemiológica en lo interno, debido a la COVID-19, y a la crisis mundial generada por ella, que puso al desnudo las deudas de las políticas sociales en todo el planeta.

Alguien podría pensar que se trata de un romanticismo o un sueño irrealizable. Sin embargo, así como el socialismo, por su esencia humanista, es capaz de combatir, como lo ha hecho este pequeño país, a un gigante que crece cual clásica bola de nieve, porque así ha pasado con la pandemia, también es solvente para resistir creativamente.

Pararse en las líneas de arrancada de unos Juegos Olímpicos cuesta mucho, pero subirse al podio es cada vez más un privilegio de los grandes centros de poder. Por eso, cuando uno va a la tabla de medallas histórica, en más de cien años de estas citas, el famoso Top 20 se parece más a una Cumbre del G-20 que a una competencia deportiva. La única diferencia es una pequeña nación, cuyas fronteras es el bello mar Caribe. En ese selecto grupo, para orgullo no solo de los que viven en ella, sino para todo el tercer mundo, Cuba ocupa el puesto 16.

Ahora se propone ubicarse entre esas dos decenas. ¿Por qué llega con tanta pretensión, para nada platónica? Porque cuando no contó con 22 bases de entrenamiento planificadas o se perdió 11 importantes lides competitivas, se organizó con sus propias fuerzas. Aparecieron las locaciones en Camagüey, Sancti Spíritus o Ciego de Ávila, que acogieron esos objetivos de preparación, con el apoyo de las estructuras de Gobierno, del Partido, y de las instituciones de esos territorios. Eso es socialismo, una obra de masas que se integra para alcanzar el propósito. Así hemos resistido.

Para avanzar fue necesario aportar el elemento creativo, porque nunca antes se había dado algo similar, a cuatro meses de la fecha de unos Juegos Olímpicos. Se pospuso un año más y, en medio de todas esas dificultades, había que reajustar los planes. Llegó, entonces, el concurso de la ciencia: médicos deportivos, el Centro de Investigación del Deporte, el Laboratorio Antidoping y la Universidad, tributaron a un estado que, si bien ha costado y no es el ideal, permite plantearse estar en esa veintena de vanguardia.

Cualquier semejanza con las palabras de clausura en el 8vo. Congreso del Partido del Primer Secretario y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando expresó que «no nos conformamos con mantener las potenciales fuerzas con que cuenta el país a ras de la sobrevivencia… Resistiremos, creativamente, a través del análisis profundo y real de cada situación, convocando al conocimiento experto, propiciando la participación popular y la innovación», no es pura coincidencia, es la aplicación de ellas.

Cuando veamos la bandera en el mástil de los podios de premiaciones o a nuestros deportistas en el escenario de competencias, con orgullo cualquier cubano o cubana pudiera decir: allí estoy yo, porque han participado de ese esfuerzo.

Sin triunfalismos, Cuba estará atenta a sus hijos del atletismo, boxeo, judo, lucha, tiro, canotaje y taekwondo, pues en ellos descansan las principales posibilidades de medallas, pero desde ya aplaude a todos los que lucharon y se ganaron el derecho de representarla.

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Wilfredo Jesús Blanco. dijo:

1

10 de junio de 2021

07:06:25


Aplausos prolongados!!!