
Dos aperturas desafortunadas, la poca efectividad de nuestros bateadores a la hora buena, además del acoso a la delegación cubana por parte de un grupo de provocadores matizaron el Preolímpico de las Américas, efectuado en la localidad floridana de West Palm Beach durante tres días.
Ni el derecho granmense Lázaro Blanco, ni el también diestro tunero Carlos Juan Viera se presentaron en su forma acostumbrada y en ambos casos cedieron tres carreras en el mismo capítulo de apertura, que pesaron durante los choques, tanto frente a Venezuela como ante Canadá.
El bateo cubano no estuvo del todo mal en sentido general, pues promedió por encima de 280, antes del enfrentamiento ante Colombia (finalizado con marcador de 16-3 favorable a Cuba). Pero a la hora de fabricar carreras dejó que desear, al extremo de dejar un número apreciable de corredores en base, en buena medida por la impaciencia de nuestros bateadores a la hora de enfrentar el pitcheo rival, por regla general, bastante controlado.
Indiscutiblemente el equipo presentó una cara distinta, una imagen diferente a la exhibida en torneos internacionales anteriores, como, por ejemplo, el último Premier-12, en el que la ofensiva cubana bateó menos de 200 y no conectó ningún extrabase. Ahora resultó distinto, vimos a un colectivo muy unido, que presentó batalla de principio a fin hasta caer en ambos casos por margen de una carrera.
Duele mucho que Cuba esté ausente del torneo olímpico de béisbol en Tokio después de haber liderado a los diferentes participantes en la lid, ganando tres medallas de oro, en 1992, 1996 y 2004, y un par de medallas de plata en 2000 y 2008, el último de estos reveses en Beijing, perdiendo por margen de una solitaria anotación. Ahora resta por efectuar un último preolímpico, que tendrá por sede a la ciudad mexicana de Puebla (Taipéi de China renunció a ser sede por causa de la pandemia), de donde saldrá el sexto participante de los Juegos Olímpicos. No habrá más béisbol en esas citas por el momento, pues la capital francesa, París, anfitriona de los Juegos de 2024, no convocará al béisbol.
Al margen de lo puramente deportivo, el torneo preolímpico de las Américas sirvió para acoger un bochornoso espectáculo orquestado por elementos que se reunieron en el estadio de West Palm Beach con el único propósito de molestar a los miembros de la delegación cubana, pero tal y como afirmó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, los peloteros cubanos protagonizaron una hombrada al hacer caso omiso a cuanta provocación saliera de las gradas, concentrándose en lo que era primordial: ofrecerle un juego de calidad al pueblo cubano. Esa actitud digna les permitió regresar a Cuba con la frente en alto, orgullosos de haber realizado su mejor esfuerzo en pos de la victoria.

















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