Sale al colchón con la adrenalina al máximo, además de ser un hombre inteligente que a los 26 años ya tiene dos medallas de oro en los panamericanos de lucha (2018 y 2019), en la modalidad grecorromana.
Su clasificación olímpica es un premio a la constancia, pues, en los colchones nacionales, tuvo siempre un fuerte oponente en Javier Duménico, quien también contaba entre los aspirantes a competir en Tokio. Sobre su boleto olímpico dijo: «soy uno de los más jóvenes, aunque el elenco completo lo es igual. Asistí al clasificatorio de América en Ottawa, Canadá, donde gané el cupo, ya que no pude ir al mundial, en el que se otorgaban plazas».
–¿En los Panamericanos de Lima, el ecuatoriano Andrés Montano te lanzó a discutir el bronce?
–Le estuve ganando (6-0), pero hubo varios factores que no tomé en cuenta y me sorprendió con una técnica. Saqué como experiencia que no se puede confiar uno hasta el mismísimo final del combate, por eso tuve que discutir el bronce.
–¿En cuáles aspectos haces hincapié en la preparación?
–Entreno bajo la orientación de Raúl Trujillo y Leonel Pérez. Nos preparamos cinco meses en tres sedes diferentes: Camagüey, La Habana y Sancti Spíritus, por problemas de la pandemia. Ahora estoy trabajando en la defensa abajo y en lo técnico-táctico, que fue uno de los errores en Lima.
—¿Qué te propones para Tokio?
–La meta y sueño es subir al podio. Todos los rivales son fuertes, por ello me preparo para hacer mi combate. No creo necesario hablar de la técnica, pues todo está en dependencia de la estrategia que utilice el contrario y de las oportunidades que se den. No me preocupa el ecuatoriano Montano, pero los rusos y japoneses fueron, en mi división (60 kg), los finalistas del último mundial, en ellos sí hay que pensar en serio.
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