Ayer fue una jornada especial en la temporada cubana de béisbol, pues se cumplieron 59 años de nuestras series nacionales. Aquel día de 1962, ante más de 25 000 aficionados, los mentores de los cuatro equipos participantes, Tony Castaño (Azucareros), Fermín Guerra (Occidentales), Pedro «Natilla» Jiménez (Orientales) y José María Fernández (Habana), le llevaron un bate, una mascota, una pelota y un guante, respectivamente, al Comandante en Jefe Fidel Castro.
El motivo de la iniciativa respondía a que él escogiera la manera en que inauguraría la campaña. Escogió un bate y enfrentó al derecho de Azucareros, Jorge Santín, a quien le conectó un batazo entre primera y segunda que, aunque no fue a las estadísticas, podría considerarse, simbólicamente, como el primer jit de estos clásicos, que ni frente al bloqueo, que también la hostiga, ni ante la COVID-19, ha dejado de estar.
«La pelota también ha pasado a manos del pueblo. En primer lugar, son gente de pueblo, muchos muchachos humildes que han tenido la oportunidad de jugar a la pelota, la pelota se ha hecho más nacional; algo muy importante de este nuevo sistema deportivo es que por primera vez los pueblos del interior –Santiago, Pinar del Río, Santa Clara, Camagüey, Matanzas y muchos más–, han tenido la oportunidad de ver competencias de alto nivel de pelota. Antes solo veían juegos de exhibición», dijo Fidel, tras ese turno al bate.
El imparable que sí fue a los récords como el primero, fue el de Bernardo Uset, de Orientales, ante el mismo monticulista; su coequipero, Daniel Hernández, firmó el batazo que abrió el casillero de dobles; Antonio «Ñico» Jiménez inauguró el de triples, y el indómito Raúl Díaz, el de los jonrones. La carrera número uno de las campañas cubanas la anotó Miguel Cuevas, quien también se robó la primera base, en tanto Rafael Font estrenó el departamento de las impulsadas, jugando, como Cuevas, para Azucareros. Al propio Santín le cupo el mérito de ganar el juego de apertura.
En esta fecha conmemorativa, Pinar del Río alcanzó una crucial victoria, con la cual llegó a 40, y con una más clasifica sin sacar cuentas, pues un posible triple empate para dos plazas, con Camagüey y Santiago de Cuba, solo hunde a los agramontinos; pero si Vegueros y Avispas no ganaran más, los Toros resucitarían y se produciría otro abrazo de tres (PRI, SCU y MAY), obligando al desempate por la fórmula TQB, con los pinareños con el mejor indicador.
ANOTACIONES POR ENTRADA
|
Nelson Fernández |
C |
H |
E |
|
|
PRI |
000 010 210 |
4 |
14 |
2 |
|
MTZ |
001 001 000 |
2 |
5 |
1 |
|
G: Y. Cruz (5-3). P: N.Y. Cruz (5-4). Js: F. L. Medina (10). |
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