ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Emiliano Chirino lleva 12 años en la preselección nacional de boxeo como entrenador. Foto: Ismael Batista Ramírez

La maestría boxística que ha alcanzado en los últimos cuatro años el púgil Andy Cruz (63 kg), recibe el elogio de especialistas, aficionados, rivales, entrenadores y boxeadores de otras divisiones.

Andy Cruz siempre señala después de cada triunfo el papel desempeñado por su entrenador Emiliano Chirino, al momento de elaborar la estrategia para el combate. Si hoy se habla de él como un firme candidato a medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, la labor de su preparador está relacionada de forma contundente con ese vaticinio.

A simple vista parece que Andy Cruz y el profesor Emiliano no tienen nada en común, nada más alejado de la realidad. El alumno es totalmente extrovertido y comunicativo con quienes le rodean. Su maestro es más reservado y pone mirada aguda sobre su discípulo más aventajado en el cuadrilátero. Sin embargo, los dos son uno solo en las jornadas de entrenamiento o cuando están en una esquina del ring.

«Estamos juntos desde 2012, cuando Andy llegó a la escuadra nacional. Buenos y malos momentos hemos celebrado y sufrido en conjunto. El camino al éxito no se construyó en pocos días. La conexión nuestra funciona como hijo y padre», destacó Chirino.

Con 12 años de labor en la preselección nacional, Chirino no duda en decir que Andy Cruz es el boxeador que mayores satisfacciones le ha dado, porque el matancero ha conseguido permanecer en la excelencia, donde muy pocos logran estar por varios años.

«Andy estudia a los contrarios, sea quien sea. Él trata de ver videos de las peleas en su división y los estudia al detalle. Eso le permite conocer virtudes y defectos de su contrincante, de ahí que el trabajo con él se facilite».

Chirino no se confía en el estado físico que hoy tiene su pupilo. Para él, los demás adversarios tienen el aliciente de intentar ganarle, pues es uno de los mejores libra por libra en el boxeo de la AIBA.

«Internacionalmente, el estadounidense Keyshawn Davis se le hace muy difícil, aunque le ganó las dos finales de 2019, tanto en los Juegos Panamericanos como en el Campeonato Mundial. Ese contrario boxea con mucha intensidad y no da tregua».

Chirino advierte que el mayor oponente no compite en ningún cuadrilátero. Para él, es el propio Andy Cruz su mayor rival, por eso le insiste en que no descuide nunca las jornadas de entrenamiento, a pesar de la maestría en su técnica boxística.

«El material de Andy es puro, vi que él podía llegar a donde hoy está cuando no era una figura reconocida en los 56 kg, antes de pasar a los 63 kg. Es un muchacho inteligente que acepta las correcciones cuando hay algo mal en su mecánica de boxeo».

Los 48 años que lleva en el mundo del deporte de las 12 cuerdas le permite hacer una valoración exacta de Andy Cruz.

«Él está preparado para los Juegos Olímpicos. Su alegría es una fortaleza que le puede abrir el camino del título, porque no se presiona frente al reto. Él sabe que todo dependerá de lo que se proponga, y su objetivo es subir a lo más alto del podio», sentenció.

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