La Gala de la lucha Pedro Val in memóriam cumplió con las expectativas de aficionados y entrenadores, con el derroche de calidad que mostraron nuestros atletas. Luego de un año atravesando un calendario competitivo nulo, los gladiadores cubanos exhibieron todo su arsenal con la mente en la cita estival de Tokio.
La primera jornada tuvo dos enfrentamientos vibrantes en el estilo libre, con sendos triunfos por partida doble del 86 kg Yurieski Torreblanca sobre Lázaro Hernández, y del 57 kg Reinieris Andrews contra Yowlys Bonne, combates en los que se disputaba el derecho a viajar al preolímpico de Sofía, Bulgaria.
En el caso de Torreblanca, ambos pleitos fueron muy cerrados, con Hernández en varias ocasiones a punto de conseguir ventajas importantes, pero la experiencia del pinero pudo más que el empuje de su rival.
Al término del combate, Torreblanca dijo que sintió el rigor de su oponente, con el que mantiene una rivalidad hace varios años, pero que lo importante era que había logrado el resultado deseado, y ya tiene la vista en el torneo clasificatorio a los Juegos Olímpicos.
El match Andrews-Bonne se definió al más puro estilo de una carrera de resistencia, pues el espirituano mostró mejor forma física y esa fue la clave para obtener la victoria sobre un Bonne que careció de fuelle en los instantes finales de cada duelo, definidos ambos por una sola unidad.
Ante la vista de los entrenadores y de la prensa especializada, la celebración, con motivo del Día de la Lucha Cubana, vio imponerse también al campeón olímpico en la lucha grecorromana, el 67 kg Ismael Borrero, sobre el joven Damián Solenzal, y aunque se vio dominante de principio a fin, el monarca bajo los cinco aros alegó que «tuve algunas imprecisiones provocadas por tanto tiempo sin competir, pero nada para preocuparse, cuando tome el ritmo de combate volveré al nivel de siempre».
Además de Borrero, nuestras principales figuras en el estilo clásico, Luis Alberto Orta (60 kg), Daniel Gregorich (87 kg) y Oscar Pino (130 kg), se impusieron con amplitud en sus combates, más cerrado el de Pino, que tuvo como rival al novato del año en la lucha cubana, el joven talento Ángel Pacheco.
En la libre, los medallistas mundiales Alejandro Valdés (65 kg), Geandry Garzón (74 kg) y Reineris Salas (97 kg), no tuvieron problemas para ganar sus peleas, en las que sus rivales no lograron cambiar el cero en los puntos a su favor.
Entre las mujeres ocurrió la mayor sorpresa de la gala, con las dos derrotas que sufrió la bronce mundial en los 53 kg, Lianna de la Caridad Montero, a manos de Laura Herín, el viernes, y ante Amanda Hernández, en la fecha de cierre.
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Ramon dijo:
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16 de diciembre de 2020
08:38:00
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