ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El derecho Yoalkis Cruz se anotó el triunfo en el partido que Las Tunas le ganó a Holguín Foto: Ricardo López Hevia

Soy un convencido de lo que afirman los conocedores del béisbol: batear es lo más difícil en este apasionante deporte. Pero también de lo que sostiene el profesor José Manuel Cortina: lanzar es un arte. Visto así, un artista no se hace de la noche a la mañana, entre otras cosas, porque sus cualidades, entiéndase el hecho de expresarlas, requieren de la escena real. En otras palabras, de mucho juego, de situaciones de enfrentamiento al bateador, desde edades tempranas. De esa forma desarrolla el pensamiento táctico y fija la zona de strike.
Si se llega al torneo élite, nuestras series nacionales, con pocas experiencias de ese tipo, los serpentineros siempre van a intentar alejarle la bola al bateador, por temor a que este le conecte, y sobrevienen las transferencias libres para primera. Al final, como se dice en el argot beisbolero: tienen que entrar por el medio, donde no duele. Resultado: excesivo castigo, y por eso la 60 Serie Nacional se ha mantenido con promedio ofensivo de 300, y a veces más.
Lo peor no es eso, sino que la deficiencia rebasa los límites de nuestras lides, pues cuando los bateadores van a encarar las demandas internacionales, que hoy presentan a monticulistas con muchas horas sobre la lomita, entonces se ven inofensivos o les falta respuesta frente a la exigencia.
Moraleja: a lanzar se aprende lanzando, pero ante un rival, no solo tirando muchos y diversos tipos de envíos en una sesión de entrenamiento que, por supuesto, desempeña con el preparador de esa área, un rol insustituible, pero que no es el de enseñarlo. Para llegar a este nivel, debió aprender antes.
Un claro ejemplo de las actuales carencias de nuestro pitcheo ocurrió en la jornada del pasado miércoles, cuando los serpentineros otorgaron 106 boletos, a un promedio de 11,7 por juego (se celebraron nueve choques), más 182 jits, es decir, 288 hombres en circulación, a 32 por desafío. Así no se puede ganar en ninguna pelota.
El pitcher es el jugador más importante de este deporte, porque lleva el peso táctico del partido, de ahí que necesite, más que otros, probar lo que aprende en situaciones de competencia durante el proceso de aprendizaje. Por lo tanto, requerimos de un sistema competitivo (no solo una lid nacional en su categoría, sino de varias que pueden ser a nivel local), con esquemas de larga y corta duración que, como parte de su desarrollo, le ofrezca esas posibilidades.

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ELCHINO dijo:

1

4 de diciembre de 2020

12:05:55


Amigo Oscar gracias por este trabajo