Matanzas.-El lanzador David Mena está en la que pudiera ser, definitivamente, su mejor campaña, por el volumen de trabajo asumido en la primera mitad de la Serie Nacional y, sobre todo, por sus resultados como cerrador.
Con nueve juegos salvados, el derecho natural de la capital se ratifica como el mayor apagafuegos del campeonato beisbolero número 60 y hace notar, ahora de forma manifiesta, su aporte al elenco matancero.
Por su desempeño, mereció un puesto en el Juego de las Estrellas, el segundo en el que participa en su corta carrera.
Mena dijo sentirse bien, y agradeció la confianza depositada en él por la dirección de los Cocodrilos. «Esta vez me preparé mejor, y he tenido mayores oportunidades, algo que agradezco mucho», reconoció.
Sin valerse de un amplio repertorio, ni poseer ese extra en su bola rápida, se las ha agenciado para sacar esos importantes outs en las postrimerías de una buena parte de los desafíos en los que ha salido como «matador». La clave, según los técnicos, es el dominio de los lanzamientos y su crecimiento como pitcher.
«Se ve un poco más hecho, más maduro y centrado en el trabajo», comentó Jesús Salgado, al frente del cuerpo de pitcheo de los Cocodrilos, tras subrayar la importancia de su presencia en las aspiraciones de los campeones nacionales de retener el título.
Destacó su valor competitivo, la permanente disposición para lanzar y la entrega en el entrenamiento. «Se prepara como pocos, es admirable el tiempo que le dedica a los ejercicios en general. Se ha ido convirtiendo en el mejor relevo del equipo, en nuestro principal pitcher de atrás».
Natural del reparto Alamar, en el municipio de Habana del Este, David Mena transita por su quinta campaña y, entre sus mejores recuerdos, señala el juego sin jit ni carreras propinado a Villa Clara, con la camiseta de Industriales.
Del lado opuesto, lamenta el pelotazo que le dio al talentoso César Prieto. «Fue un lanzamiento escapado, que lo afectó seriamente y que, como es lógico imaginar, lo disgustó muchísimo, pero nada intencional. Entre nosotros no existe la menor diferencia, tenemos muy buenas relaciones».
Aseguró sentirse contento en Matanzas y confirmó su aprecio por su terruño natal y por sus excompañeros de equipo. Recordó un desafío en el cual se enfrentó a Industriales y se llevó el punto por juego salvado.
–¿Y qué te dijeron cuando terminó el partido?
–Al final no me dijeron nada (se ríe). Somos buenos amigos, pero ellos saben que en el terreno somos contrarios y cada cual debe defender su camiseta.

















COMENTAR
Responder comentario