ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Danil Lysenko, subcampeón mundial de salto de altura en Londres 2017, de Rusia. foto: World Athletics Foto: Tomada de Internet

Los escándalos por dopaje, que han envuelto al movimiento deportivo ruso en los últimos años, han cobrado nuevo protagonismo en días recientes y la nueva medida contra este se puede considerar como arbitraria.

En julio la Federación Rusa de Atletismo (Rusaf) debía pagar una multa de cinco millones de dólares a World Athletics (wa) «por haber ayudado al subcampeón del mundo de salto de altura en 2017, Danil Lysenko, a evitar una sanción por faltas a sus obligaciones de localización para someterse a controles antidopaje por sorpresa», reseñaron varias agencias de prensa.

Este deporte ha sido el más afectado. Desde noviembre de la 2015, la wa expulsó de toda competición internacional a los atletas rusos, al considerar a la Rusaf responsable de haber instaurado un sistema de dopaje institucionalizado, acusación que no ha sido probada. Y en marzo de este año la wa limitó a diez los atletas neutrales que Rusia podría enviar a

Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos, cifra que podría mantenerse, aumentar o disminuir para finales de 2020.

Varios diputados y exdeportistas de Rusia, así como medios de prensa de esa nación, consideran que detrás de las decisiones de la Agencia Mundial Antidopaje, de limitar la asistencia de deportistas rusos a los próximos Juegos Olímpicos, y las de la wa, hay intenciones claramente políticas, para desprestigiar el éxito del deporte del país europeo.

Ante el incumplimiento de no depositar el dinero para pagar la multa por las sanciones, la wa anunció la paralización del proceso de reintegración de atletas rusos a las competiciones internacionales bajo bandera neutral y pidió la exclusión de Rusia de esa entidad, supuestamente, por sus escasos progresos en la lucha contra el dopaje.

«La Federación rusa no dispone de medios económicos para el pago de las multas impuestas por la WA. Hicimos todo lo posible para encontrar el dinero, pero fue imposible, entre otras cosas, por la crisis económica provocada por la pandemia», expresó Yevgueni Yúrchenko, presidente de la Rusaf, quien dimitiera de su cargo dos semanas después de vencer el plazo.

La Rusaf solicitó una prórroga, dirigida a cumplir con reformas estructurales de su entidad y evitar la separación definitiva del organismo internacional. El ministro ruso de Deportes, Oleg Matytsin, envió una carta a la WA con el compromiso de pagar el dinero de la sanción para evitar la posible ruptura. 

Sin embargo, el fallo del grupo de trabajo de la wa determinó que «la Rusaf deberá pagar la multa impuesta por no cumplir con las normas establecidas en el combate al uso de sustancias prohibidas antes del 15 de agosto, de lo contrario, se abriría un procedimiento de separación».

La sanción asciende a 6,31 millones de dólares, cinco millones por la medida y 1,31 por costos de los trámites en curso. Sin duda, la cacería contra atletas rusos, muchos de ellos sin acusaciones de dopaje, no ha llegado a su fin.

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